Las imágenes de la semana fueron las fotografías de Xóchilt Gálvez y Claudia Sheinbaum con el Papa Francisco. ¿Por qué y para qué fueron ambas candidatas, prácticamente con horas de diferencia, a entrevistarse con el Papa? Fueron hacer política de la más simple y electoral que es posible. Recuérdese: “París bien vale una misa”.
Ambas fotos fueron ampliamente difundidas en las redes sociales de las candidatas y de sus aliados. Obvio, justificando la propia y descalificando la contraria. En ambos cuartos de guerra parece que llegaron a la misma conclusión: Una imagen con la cabeza de la iglesia católica les daría a las candidatas una imagen de cercanía con los ciudadanos que profesan esa religión. Falso de toda falsedad. Es lo malo de contratar asesores extranjeros que desconocen la historia mexicana.
Más sabe el Diablo por viejo que por Diablo, dice el refrán. Quien más sabe de política y hace política es el Papa. Ya sea como jefe del Estado Vaticano o como representante de Dios en la tierra. No se llega a ocupar el lugar de San Pedro sin un amplio conocimiento de la naturaleza del alma Humana, del poder y de la política. Me regocija imaginar lo que pensó Jorge Mario Bergoglio al recibir con una diferencia de 24 horas a las dos mujeres que se disputan el poder en un país de 130 millones de habitantes, en donde su inmensa mayoría son católicos.
A ambas candidatas y a sus asesores hay que recordarles dos cosas. La primera, que en México existe libertad de creencias y que somos una nación laica. Así lo establece la constitución desde 1857 y se mantiene hasta la fecha a pesar de las más de setecientas reformas que se le han hecho, la mayoría de éstas, de manera irresponsable a nuestra Carta Magna. En 2025, se cumplen cien años del inicio de la guerra cristera, el último conflicto religioso en el país.
Segunda, no hay ninguna encuesta o censo que establezca una causalidad directa entre la religión y el voto. Si hay ejemplos elocuentes en algunos estados de sectores y grupos sociales religiosos que defienden la familia tradicional; que se oponen al aborto, a los matrimonios entre personas del mismo sexo o a la educación sexual. Los candidatos de todos los partidos les tienen un miedo terrible a las sotanas y alzacuellos, por eso en temporada electoral omiten cualquier propuesta o definición al respecto.
La segunda imagen de la semana fue la fotografía de tres obispos de Guerrero informando de sus pláticas con grupos criminales para detener la ola de violencia que azota esa entidad. Esta foto, no es carne para los carroñeros de la política. Sí es un fuerte llamado de atención para que las autoridades estatales y federales asuman su responsabilidad y garanticen la paz. Eso pienso yo, ¿usted qué opina?
La política es de bronce.
POR ONEL ORTIZ FRAGOSO
ANALISTA POLÍTICO
@ONELORTIZ
MAAZ