Las crisis migratorias han azotado diferentes regiones en el mundo, podemos verlo en la frontera de México con Estados Unidos o en el sur con Guatemala, donde se ha creado una crisis humanitaria por el número de migrantes que han llegado a nuestro país.
Otra región del mundo que ha tenido una crisis por la migración irregular es la zona del Mediterráneo, específicamente en Italia y Malta, quienes enfrentan una situación con los tratantes de blancas, responsables de enviar a las personas en botes para que lleguen a costas europeas.
De acuerdo con datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el número de personas que han fallecido o desaparecido por intentar cruzar el mar Mediterráneo ha aumentado en los últimos 3 años, pasando de 1,048 en 2021 a 3,041 durante 2023. Sin duda alguna, son números alarmantes a pesar de los esfuerzos de Europa para la disminución de la migración irregular.
Italia es uno de los países de entrada a la Unión Europea para quienes han cruzado el mar en busca de solicitar asilo y refugio, pero con la llegada de la Primera Ministra, Georgia Meloni, en 2022, se ha visto una política más restrictiva para las personas provenientes del continente africano.
Cerca de 10 mil personas llegaron a la isla de Lampedusa, Italia, originarias de los países del norte de África, en donde la Unión Europea y la OIM han detectado que hay presencia de bandas traficantes de blancas, responsables de poner en riesgo a la gente en embarcaciones con destino a Europa y haciendo de esta zona un paso muy peligroso para cualquiera que se encuentre cerca.
Las políticas restrictivas, ¿sirven para detener la migración? La respuesta corta sería no, solo fomentan la creación de rutas más peligrosas para las personas que intentan cruzar el mar, ya sea desde el Líbano o desde Turquía. Tenemos como ejemplo claro y cercano, las políticas de Estados Unidos que no han reducido el número de personas cruzando la frontera de manera irregular, sino que encuentran algún otro resquicio en la frontera porosa.
Una respuesta más amplia sería que los gobiernos, junto con el apoyo de las Agencias Internacionales, creen políticas más inclusivas, trabajando en reducir las brechas, desigualdades y condiciones de pobreza y falta de oportunidades que provocan la migración, el fortalecimiento del Estado de Derecho y sobre todo, combatir la corrupción que aqueja a varios países de África y es un freno de mano para que el dinero se use en cerrar estos abismos de desigualdad.
Ahora también el cambio climático es una de las razones por las cuales las personas migran del campo hacia la ciudad o fuera de su país, pues es más complicado que las tierras puedan dar cosechas y la falta de agua hace más desafiante la situación de los agricultores. Es por ello que es imperante aplicar las acciones necesarias para la sustentabilidad específica de los campos y de la ganadería.
La crisis humanitaria por la migración es una problemática mundial que afecta a todos los gobiernos y cuya solución debe crearse desde abajo y en conjunto, no sólo con políticas restrictivas y unilaterales. La imposición de posibles sanciones a los países que permiten el tránsito de migrantes no trae consigo un resultado tangible, al contrario, solo crea una disputa con peligros y consecuencias para las vidas de las personas que buscan migrar.
POR: AZUL ETCHEVERRY
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