En los remotos tiempos de los años cincuenta atraía al público de la lucha libre, en la vieja Arena México, la famosa pareja atómica integrada por Gory Guerrero y el legendario Santo. Ambos representaban a los villanos del ring, sin embargo, eran aplaudidos por miles de aficionados.
En un escenario nacional, hoy aparece otra pareja atómica, que representa el poder omnímodo, la concentración del mismo y el gran poder económico que tras los entretelones de la historia decide la política económica y con ello el destino nacional; se trata del Presidente López Obrador y del plutócrata más representativo de la oligarquía nacional, el admirado empresario Carlo Slim Helu.
En estos días, aparentemente tuvieron algunas pequeñas diferencias, que irónicamente, Slim las comparó con las que existen cotidianamente en la vida doméstica entre marido y mujer.
La realidad nos dice otra cosa. No hay tales diferencias, por el contrario, este gobierno como los anteriores ha bailado al compás que le tocan quince familias poderosas que tienen más del cuarenta por ciento del ingreso nacional y que están retratadas claramente de manera escalofriante en Desigualdad S.A. informe que recientemente presentó OXFAM, refiriéndose a la pobreza y a la desigualdad mundial,
En efecto, la concentración de la riqueza y la concentración del poder, van de la mano y marcan el ritmo que el capitalismo ha definido para el mundo de hoy.
Claro está que la tecnología y la ciencia han avanzado de manera exponencial, nunca como ahora, la humanidad ha tenido las herramientas para un desarrollo que ha cambiado la faz del planeta. Nadie puede vivir sin celular y sin computadoras, la Inteligencia Artificial asoma por una parte el avance humano, y por otra, la reducción de la capacidad intelectual de nuestro tiempo, sometida a las decisiones cibernéticas y robóticas que se convierten en una patología universal.
La conferencia de casi tres horas del magnate, nos explican que en este sexenio “apenas” recibió 61mil millones de pesos en contratos, casi todos ellos de asignación directa. De pasada se lavó las manos del trágico accidente de la Línea 12 del Metro, indicando que se trató de un mal mantenimiento y sin querer o no salvo al abandonado Marcelo Ebrard y le dio un fuerte ramalazo a la administración de Claudia Sheinbaum. También critico la militarización del país en materia de administración de empresas, aun cuando admitió su calidad como constructores.
Slim, además de los contratos mencionados, maneja concesiones del Estado en materia de comunicaciones, mineras y ahora participa de manera importante en la inversión privada que tiene Petróleos Mexicanos, así mismo sigue administrando sus instituciones financieras como Inbursa y sus importantes cadenas hoteleras y restauranteras. Junto con quince o veinte familias más, controlan la riqueza nacional, y los ingresos de este grupo, se han casi duplicado en el gobierno de “izquierda” de López Obrador.
A cambio de eso, López Obrador sigue controlando la macroeconomía y participa abiertamente en el proceso electoral, que es su obsesión para ponerle un segundo piso a su propuesta, olvidando siempre la autocrítica, particularmente, en materia de seguridad pública. La operación del crimen organizado y su control territorial siguen en ascenso permanente.
El próximo gobierno debe afrontar temas económicos fundamentales como la Reforma Fiscal a los grandes capitales, la distribución más justa de la riqueza, y un verdadero destino para la gran mayoría de los mexicanos,
Mientras tanto Claudia y Xóchitl, se disputan la bendición apostólica del Papa Francisco, para influir en el voto popular.
La pareja atómica, sigue decidiendo.
POR ALFREDO RÍOS CAMARENA
CATEDRÁTICO DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNAM
PRESIDENTE DEL FRENTE UNIVERSITARIO LATINOAMERICANO (1958-1962)
VICEPRESIDENTE DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE GEOGRAFÍA Y ESTADÍSTICA
MAAZ