Esta semana se enciende de nuevo la emoción por la competencia más deseada de Europa. La Champions League comienza su fase de eliminación, y presume ser una de las ediciones más competitivas. Con el cambio de formato de la competencia la próxima temporada, los aficionados están emocionados por una conclusión de torneo que nos llene de drama, talento y tensión, como nos lo ha dado este torneo por muchos años, algo que con las modificaciones esperamos no desaparezca.
Tradicionalmente, la Champions ha sido un torneo donde los gigantes europeos se enfrentan, y los mejores jugadores del mundo pelean por la gloria. El nuevo formato, el modelo suizo, expandirá la competencia de 32 a 36 equipos que formarán una liga donde todos los equipos juegan ocho partidos contra oponentes de distintos niveles.
Los equipos en los puestos desde octavo lugar hasta primero calificarán directo a octavos de final y los equipos entre nueve y 24 tendrán que jugar entre ellos para ver cuál va a los octavos. Con este cambio de formato, se busca inyectarle nueva energía al torneo, y también ser más inclusivos con el resto de Europa, manteniendo la intensidad de la competencia.
De acuerdo a la UEFA, estas modificaciones son para implementar a más equipos de ligas que normalmente no compiten en este torneo, dándole más variedad a los enfrentamientos y más emoción en la pelea para puestos que califican a las siguientes fases.
Añadiendo que esta competencia mantiene un enfoque en los coeficientes de los países europeos, ayudando a darle los puestos en el torneo a conjuntos que merecen estar en el certamen, ya sea por su historia o desempeño.
Para los más pequeños, el impacto del cambio de formato es profundo. Clasificar a la Champions League antes era visto como un sueño lejano, pero ahora se convierte en un objetivo real. La posibilidad de enfrentarse a los mejores equipos de Europa les da oportunidades increíbles a equipos que no podrían haber tenido antes.
UEFA tiene el objetivo de fomentar el crecimiento, el desarrollo y la exposición, ingredientes esenciales para la sostenibilidad a largo plazo del futbol en todos los niveles.
Aunque este cambio también causa bastante polémica, ya que se percibe como algo que va a reducir la calidad de la competencia, y se disminuye el interés del torneo. Principalmente, debido a que la inclusión de equipos de ligas pequeñas creará un camino más fácil para los gigantes europeos y habrá menos emoción en ciertos partidos.
Adicionalmente, una preocupación verdadera es el calendario de los equipos, y como añadiendo más partidos puede afectar el rendimiento de los equipos en sus ligas domésticas.
A pesar de todo lo que se percibe del nuevo formato, el éxito del modelo suizo en la Champions League depende de cómo se ejecuta. La UEFA debe de navegar la complejidad de expandir un torneo y, al mismo tiempo, mantener la esencia que hace este campeonato tan especial.
Equilibrar un balance entre la tradición y la innovación que tanto se desea es lo que asegurará que la Champions League se mantenga en la cima del futbol europeo.
POR GABRIEL HERMOSILLO
COLABORADOR
EEZ