COLUMNA INVITADA

Ventanas de oportunidad frente al día cero

El futuro del agua en México depende de una colaboración integral con soluciones en el corto, mediano y largo plazo

OPINIÓN

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Emilio Suárez Licona / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En este espacio, hemos reflexionado en múltiples ocasiones sobre la necesidad de emprender acciones a nivel nacional para abordar los problemas hídricos que amenazan a nuestro país. 

Sin embargo, la urgencia se incrementa exponencialmente al contemplar el escenario del día cero.

El estrés hídrico, esa delicada balanza entre la demanda de agua y su disponibilidad, ya ha puesto a México en el radar, ocupando el puesto 24 en los Rankings de Estrés Hídrico Nacional, del World Resources Institute (WRI).

La Ciudad de México, en particular, se encuentra en una situación crítica, ubicándose como el tercer estado con mayor estrés hídrico en el país.

Sin embargo, no estamos hablando de un problema exclusivo de la Ciudad de México. Monterrey ya vivió su propio día cero en 2022, señalando la alarmante vulnerabilidad de varias regiones del país. 

Baja California Sur, Guanajuato, y nuevamente la Ciudad de México, se perfilan como las entidades con mayor riesgo de enfrentar esta situación crítica.

No obstante, a pesar de las estimaciones de la ONU, la próxima fecha límite se vislumbra para el 26 de junio de 2024 –más no en 2028–, cuando según el Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México, podría ser necesario cortar el suministro proveniente del sistema Cutzamala debido a la prolongada sequía. 

Esta medida extrema podría dejar a la Zona Metropolitana del Valle de México con un acceso limitado al vital líquido hasta septiembre, dependiendo de las lluvias. 

Las cifras respaldan la gravedad de la situación. 

El Sistema Cutzamala se encuentra en su nivel más bajo en 27 años, según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua). 

Con presas operando al 40 por ciento de su capacidad, este sistema proporciona entre el 27 y 30 por ciento del agua consumida en la Zona Metropolitana del Valle de México.

Las consecuencias del día cero no serán uniformes. Algunos municipios y alcaldías como Atizapán, Cuautitlán Izcalli, Azcapotzalco y Miguel Hidalgo, sufrirán más que otros por el recorte del Cutzamala. 

Y es que, según el Sistema de Aguas de la Ciudad de México, (Sacmex), el consumo promedio diario por persona en la capital es de 380 litros, muy por encima de la dotación promedio de 150 litros por habitante al día en las 16 alcaldías.

Esta crisis hídrica trasciende la mera problemática ambiental, es un llamado urgente a la acción integral y sostenida. 

En ese sentido, factores que van desde cuestiones demográficas hasta la explotación agrícola y la carencia de una planificación efectiva en la gestión del agua convergen para configurar la compleja situación actual.  

Además, la ausencia de previsión ante el crecimiento poblacional y la ineficacia en la reutilización del agua se añaden al entramado de desafíos que debemos afrontar.

En tales circunstancias y a pesar de encontrarnos ante un panorama poco alentador, nuestro país tiene la oportunidad de abrir una ventana hacia la modernización de la gestión de sus recursos hídricos. 

El futuro del agua en México depende de una colaboración integral con soluciones en el corto, mediano y largo plazo, pues la gestión sostenible de este recurso no sólo es necesaria, sino imperativa.

POR EMILIO SUÁREZ LICONA

CONSULTOR Y PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD

PANAMERICANA / @EMILIOSL

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