OTROS ÁNGULOS

¿Tiene fondo este barril?

Puede ocurrir cualquier cosa por terrible que parezca, y eso se perderá superado por algo todavía mayor, cruel y temerario. Nada capta nuestra atención

OPINIÓN

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Raúl Cremoux / Otros Ángulos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Si apenas juntamos unos cuantos elementos, que pudieran pensarse como aislados, veríamos que los mexicanos nos hemos transformado en vacuidades.

Tomemos algunos casos: 1) la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), informa que murieron asesinados 68 personas el viernes, 71 el sábado y 100 el domingo. Es decir, un fin de semana sangriento, igual que tantos otros. 2) La “farmaciota”, que tendría todos los fármacos del mundo, según el secretario de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, Éctor (sin H), Ramírez Barba, nos dice que bastará con que una autoridad reguladora como la OMS, Estados Unidos o Cuba, validen un fármaco para que el gobierno federal lo adquiera “para poder llenar los anaqueles de la mega farmacia sin un adecuado control sanitario”. 3) El Banco de México advierte sobre los efectos del cambio climático: se verán afectados —todavía más—, los productos agropecuarios. La sequía luce con un brillo de color dorado sin que nadie ni nada pueda evitarlo. Nunca se tomaron ni se toman medidas para enmendar ese entuerto. 4) Ya son diversos políticos en Estados Unidos que pretender trazar un plan para arrasar y exterminar al “Cártel Jalisco Nueva Generación”. Se dicen cansados, hartos de una organización imparable en nuestro país que carece de control e incluso gozan de un apoyo de las autoridades. 5) Con declaraciones diarias, incluso con varias páginas en su libro, el presidente Lopez Obrador, “inclina la balanza” en favor de su candidata, con claro desprecio a las leyes en una contienda electoral plagada de irregularidades y sin “piso parejo”. 6) Pemex nos sigue costando cantidades enormes de dinero y cada barril producido es como un barreno inverso en las cifras oficiales. En el mercado internacional sus acciones están cerca de valer basura.

La lista podría continuar con el atrincheramiento militar en puntos clave de la vida económica, social e incluso cultural, seguiríamos con la desgracia en que vive el sector educativo y pasaríamos, irremediablemente, al desastre en que se ha convertido el área de salud, con los recortes presupuestales, la desaparición del Seguro Popular que daba amparo a casi 50 millones de personas, el fracaso del Insabi y la carencia de medicinas.

Puede ocurrir cualquier cosa por terrible que nos parezca, y eso se perderá al cabo de unos días superado por algo todavía mayor, cruel y temerario. Nada capta nuestra deteriorada atención, ni existe la pretensión de remediar nada. “Nadamos en un mar de fango” sin pretender llegar a ninguna orilla. Todo indica una regresión hacia un funcionamiento primario.

Nos pasa lo que ocurría en los países ocupados por los nazis: ni una obra literaria de gran calado, y aún menos, una gran sinfonía o el concurso pictórico propio de memorables exposiciones. Navegamos sin saber dónde se encuentran los puntos cardinales que nos den ubicación y destino. La opinión se traduce en reacciones instantáneas y los hombres políticos pierden capacidad de juicio, limitan su reflexión a imaginar lo que se espera de ellos.

Estamos sin armazón institucional, a la deriva, con un paralelismo entre elección y consumo, opinión y emotividad. Píndaro escribió “Mientras más grande una masa, más ciego su corazón”. La gente se deja convencer por la incoherencia y la irresponsabilidad; está dominada por el ingrato placer de escuchar.

POR RAÚL CREMOUX

ESCRITOR Y PERIODISTA

@RAULCREMOUX

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