MEXICANOS PRIMERO

Mejora educativa en riesgo

La Comisión estimó que en el ciclo 2020-2021 dejaron de asistir a la escuela 833,123 estudiantes de educación básica y media superior: 66,221 niñas y niños en primaria, en secundaria 187,583 adolescentes, y en educación media superior 579,319 jóvenes

OPINIÓN

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María de la Luz Martínez / Mexicanos Primero / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo Media Group

Los malestares del Sistema Educativo Nacional (SEN) son compartidos por el personal docente, alumnado, madres y padres de familia de todo el país quienes describen situaciones inquietantes día a día: dificultades para lograr aprendizajes en lectoescritura y matemáticas, estudiantes que no concluye sus ciclos escolares de educación básica, carencia de agua en escuelas y excesiva carga administrativa para personal docente; por mencionar algunos.

Reconocer qué adolece al SEN es un aspecto fundamental para su mejora. Desde 2020, por mandato constitucional, la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) emite información sistemática y relevante sobre los avances y retos en el cumplimiento del derecho a la educación de niñas, niños, adolescentes y jóvenes.

Los compendios de los Indicadores Nacionales de la Mejora Continua de la Educación en México son un ejemplo de la información que difunde la comisión para contribuir a la mejora educativa.

A continuación, algunos datos presentados en la edición 2023 correspondientes a las cifras del ciclo escolar 2021-2022.

Malestares del SEN

La Comisión estimó que en el ciclo 2020-2021 dejaron de asistir a la escuela 833,123 estudiantes de educación básica y media superior: 66,221 niñas y niños en primaria, en secundaria 187,583 adolescentes, y en educación media superior 579,319 jóvenes.

Del ciclo 2019 – 2020 al 2020 – 2021 dejaron de asistir más de 75 mil estudiantes que cursaban estos niveles educativos.

Estos datos evidencian fracturas en las trayectorias escolares y son un llamado a profundizar e implementar medidas que permitan a los estudiantes continuar en la comunidad educativa.

En 2023, la Comisión dio a conocer los resultados de la Evaluación diagnóstica del aprendizaje de las y los alumnos de educación básica efectuada durante 2022.

La información reportada refleja la necesidad de reforzar aprendizajes, por ejemplo, en nivel secundaria, en primero y segundo grado, más del 40% del alumnado se encuentra en un nivel de alta prioridad.

La relevancia de conocer los logros de aprendizaje permite orientar acciones para recuperar aprendizajes fundamentales del estudiantado y garantizar su derecho a aprender. 

Respecto a la infraestructura, se reportó la poca existencia de computadoras para fines pedagógicos. Las entidades con los menores porcentajes de escuelas que disponen de este equipo fueron: Chiapas 19.4%; Tabasco 25.1% y Oaxaca 25.8%.

El servicio de agua potable se reportó en 76.4% del total de los centros escolares; los niveles y tipos educativos con menores proporciones son los preescolares indígenas y comunitarios con 58.2% y 47.6%, respectivamente; las primarias indígenas y comunitarias con 55.3% y 37.7%, en ese orden; las telesecundarias y secundarias comunitarias con 72.7% y 36.3%; y en EMS los planteles estatales con 65.5% (Mejoredu, 2024).

Estas cifras proporcionan un panorama de los espacios donde se materializan esfuerzos de cada integrante de la comunidad educativa y evidencian los pasos que faltan por recorrer para que las escuelas sean espacios accesibles, disponibles, inclusivos y con equidad.

Un reto más es la asignación de directores técnicos, es decir, aquellos que se dedican exclusivamente a las labores de gestión entre las escuelas públicas que tienen 100 estudiantes o más. Los valores referidos a la falta de estas figuras son: 7.8% en preescolar, 10.3% en primaria y 10.6% en secundarias.

Su carencia puede afectar la eficacia del proceso educativo y el desarrollo institucional. Es esencial considerar que una estructura organizativa completa y funcional es clave para ofrecer una educación digna y equitativa para todos los estudiantes. 

Carecer de esta información agudizaría los malestares en las comunidades educativas y no habría insumos para su mejora basada en principios de independencia, transparencia, objetividad, pertinencia, diversidad e inclusión tal como lo estipula el artículo 3° constitucional.

Los indicadores educativos no solo revelan deficiencias en el sistema educativo, sino que también son herramientas poderosas para promover la equidad y la inclusión.

Al identificar disparidades en el acceso, la participación y los resultados educativos entre diferentes grupos de estudiantes, los indicadores pueden orientar políticas y programas destinados a cerrar brechas y garantizar que todos los niños, niñas y jóvenes tengan igualdad de oportunidades para aprender y desarrollarse plenamente.

Reconocer, promover, proteger y garantizar el derecho a aprender es fundamental para construir una sociedad más justa y equitativa. 

POR MARÍA DE LA LUZ MARTÍNEZ

Investigadora en Mexicanos Primero

@luzmartl

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