Santos Laguna es un equipo histórico dentro de nuestro balompié.
Un proyecto con muchas altas y más bajas. Han estado cerca del descenso, pero también han tocado muchas veces la gloria.
En los últimos años, sin embargo, han sido maltratados por la cancerígena multipropiedad que no permite avanzar a los cuadros involucrados en ella. Después de una época de múltiples éxitos, en donde pisar la casa del dolor ajeno, así llamada, en general, la ciudad de Torreón, todo se derrumbó por una falta de balance entre lo económico y lo deportivo.
Grupo Orlegi llegó a profesionalizar las instalaciones, que en palabras de mucha gente son de primer mundo. En Europa hay escuadras que ni siquiera cuentan con algo igual. Priorizan mucho el trato humano por encima, incluso,de la cancha.
Potenciaron la cantera para que su modelo de negocio sea un éxito, e incluso, han ganado títulos en la máxima categoría, pero cuando adquirieron al Atlas comenzaron los problemas.
Se empezaron a ceder jugadores a su hermano que ya ni siquiera se le puede decir menor, porque relegaron al propio Santos al segundo plano. Los de Colomos también ganaron un bicampeonato histórico, lo que refleja lo bien que trabaja esta organización, pero a la afición lagunera poco le importó.
Lo que desean, evidentemente, es que su escuadra trascienda y esté siempre en los primeros
planos. Adquirieron al Sporting de Gijón y expandieron su presencia en terrenos internacionales, pero siguieron descobijando a quien les dio nombre dentro del balompié. Históricamente para subsistir ha tenido que vender, pero con planeación estratégica. Cuando se iba uno, ya tenían al reemplazo y era de mayor calidad en muchas ocasiones. En los últimos torneos, solo se dedicaron a desmantelar al equipo y traer técnicos que se adaptaran a lo que hubiera, y que no podían alzar la voz para sostener un proyecto. Se dieron cuenta que la afición se estaba alejando, la situación ya era insostenible con entradas raquíticas en el
estadio. Un inmueble de primer mundo con asistencias de tercera.
En un golpe de autoridad para revertir la situación, se presentó a Ignacio Ambriz como estratega, y por fin, un técnico habló de futbol en Torreón, aceptó preguntas duras, habló con una claridad increíble sobre las falencias del equipo con una extraordinaria dosis de preparación que le ha dado la experiencia europea, pero lo más importante, dijo que bajo su mando Santos va a tener por fin, una estabilidad. Que habrá un balance perfecto entre los logros deportivos y la parte de venta de jugadores. No habrán tantas tan seguido para mantener una base. Que no hará como su
antecesor, que en 31 partidos nunca cambió la formación.
La laguna después de tantos episodios sombríos, me atrevo a decir, tiene algún rayo de esperanza en el futbol.
POR JOSÉ EDUARDO IGA
TITULAR DE HERALDO DEPORTES LAGUNA EN EL HERALDO RADIO TORREÓN
@JOSE_IGA
PAL