TRES EN RAYA

Obsesionados con Xóchitl

Para alguien que presume de pacifista y feminista, es muy largo el caudal de insultos que con rencor profiere contra la hidalguense...

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La ética ha muerto. ¡VIVE el rey!... pero con descaro y desfachatez. El mandatario ha violado leyes, reglamentos, estatutos. De hecho, la transgresión a la norma es ya una constante. Y ahora, con enfermiza obsesión, a ello se suma —y con él como autoridad— ir en contra de Xóchitl Gálvez.

Para alguien que presume de pacifista y feminista, es muy largo el caudal de insultos que con rencor profiere contra la hidalguense... Tanto así que la comisión de quejas del INE ordenó a López Obrador no referirse a Gálvez; determinó, incluso, que había incurrido en violencia política de género contra la aspirante presidencial. Pero a López eso le tiene sin cuidado; no le importa siquiera que un juez federal le solicitara formalmente no hablar de Xóchitl.

En desacato a la resolución del Poder Judicial y en una nueva violación a la norma electoral federal, el presidente dio a conocer su más reciente libro y, para más inri, en la mañanera leyó un extracto en el que escribe de Xóchitl refiriéndose a ella con estos calificativos: ladina, clasista y racista. Obsesión evidente y enfermiza la del presidente. ¿Por qué? ¿No se supone que Morena arrasa?

Dos razones lo explican: (1) Andrés Manuel es una persona muy primitiva que se deja llevar por resentimientos y anhelos personales —ejercidos hoy desde la Presidencia— los cuales buscan resarcir lo que él considera han sido injusticias y abusos de otras fuerzas y figuras políticas; (2) López Obrador busca que Morena logre el control de ambas cámaras legislativas (tanto el Senado como la Cámara de Diputados), pues por lo que se refiere a la Presidencia de la República, ya consideran tener a la en la bolsa.

En esta visión triunfalista por parte del régimen obradorista, el presidente ha hecho que partidos de oposición y sociedad crítica colocaran —consciente o inconscientemente— a Xóchitl como ‘saco de boxeo’. Pero, ¿con algún objetivo específico? ¿En aras de cuidar la contienda en el legislativo? Me temo que no. Hemos visto que las listas de los plurinominales de la oposición buscan salvar a las cúpulas partidistas más que aprovechar figuras conocidas de la sociedad civil y de la ciudadanía. Tampoco se interesan muy particularmente por Xóchitl; pareciera que el único apoyo que ella tiene emana de manera directa de la ciudadanía y de un pequeño grupo de trabajo que la propia candidata conformó. Eso no será suficiente para contrarrestar la andanada desde el poder del Estado.

Andanada como las soeces menciones en el antes mencionado libro. Ataques y falsedades continuas en redes sobre ella y/o su equipo. ¿Por ejemplo? La reciente campaña de Mario Delgado en “X” mintiendo sobre el origen de ciertas cuentas críticas al régimen. O, en el plano no virtual, Sheinbaum hablando de una supuesta intención de la candidata de ‘Fuerza y Corazón por México’ de “declarar nuevamente la guerra contra el narco” a partir de una foto que Felipe Calderón se tomó con Xóchitl ahora que ella estuvo de visita por España. Toda una aseveración basada en una fotografía de dos personas… Algo así como argumentar que Claudia es una narco candidata solo porque hace señalamientos desde Culiacán, Sinaloa…

Conjeturas nada sesudas por doquier, empezando por las espetadas por la exjefa de gobierno de la CDMX. Ella obsesionada con Xóchitl, al igual que AMLO. Tan obsesionada que hace dudar de los anuncios sobre su inminente victoria.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN

COLABORADORA

VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM

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