POLÍTICA PARA A’MAR

El “pueblo” que la oposición necesita P2

La formación de un pueblo nuevo requiere de una frontera política, ¿cómo construirla?

OPINIÓN

·
Marlene Mizrahi / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

La sociedad está compuesta por muchas ideologías. Cada una integra una visión distinta sobre cómo debería organizarse la comunidad. Distinguir una ideología de otra requiere de una línea divisoria, misma que sirve para definir al “pueblo”.

En la publicación anterior se señaló que la oposición – en este caso “Fuerza por México” –, necesita concebir su propio pueblo para ser un competidor real.

Se precisó también, que la determinación de un pueblo es una tarea compleja que involucra varios procesos. El primero de ellos es definir las demandas sociales que se van a defender. Se ha logrado con éxito al destacar problemas principales de la sociedad mexicana, como: inseguridad, limitaciones en el acceso a salud, falta de medicamentos y agua.

Sin embargo, así solitas, desconectadas, sirven de muy poco: para constituir la nueva identidad política es indispensable establecer un vínculo entre ellas.

Dicha relación se forja con tres pasos:  1. Construir una frontera política; 2. Usar la historia a su favor y 3. Personificar un buen líder. El primero es el tema de hoy.

La frontera política es la que permite separar el “nosotros” del “ellos”. Se trata de un límite que adquiere sentido en función de cómo identifica lo que está más allá de él, donde la ideología y la identificación de una demanda social como eje, son fundamentales.

Nos encontramos aquí con una ventaja, pues el pueblo de Andrés Manuel se reconoce precisamente como tal.

Aquí lo ideológico se vuelve interesante, pues el adversario se declara abiertamente de izquierda y, en términos de la división clásica derecha/izquierda, los partidos que integran “Fuerza por México” cubren la gama completa del espectro.

Se revela así la necesidad que la oposición tiene de sustentarse en una dicotomía distinta. Una que, además, sea capaz de confrontar discursivamente el afán de la Cuarta Transformación de ser “el movimiento social y político más fuerte de todo el planeta”. Es crucial que estén a la par en cuanto esta aspiración.

La oposición puede lograrlo mediante el uso de una dicotomía distinta. Aprovechar el argumento de que es difusa y que, según expertos, ha caducado. Hacerlo, marcará el inicio de una batalla política inédita y la oportunidad de abogar por algo más transcendental. Algunas opciones binarias son: autoritarismo/liberalismo o tradicionalismo/radicalismo.

Ahora, por la situación actual de México, la demanda social que funciona como eje es el combate a la delincuencia organizada. Algo opuesto a los “abrazos”. Ésta, actuará como paraguas al incluir a las otras demandas que se defienden bajo su sombra. Es una estrategia discursiva (como la lucha contra la corrupción).

Así, con una dualidad sin precedentes que atienda la parte ideológica y una demanda social que funcione como eje, se define la frontera política del pueblo de la oposición.

POR MARLENE MIZRAHI
COLABORADORA
TWITTER: @MARLENEMIZRAHI

EEZ