CUERPO Y ALMA

¿Cómo andas en el amor?

Se sabe que no garantiza un gran éxito en ventas pero, ¿podríamos mandar los reflectores al amor hacia nosotras mismas?

OPINIÓN

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María Elena Esparza Guevara / Cuerpo y Alma / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Hablamos poco de las múltiples manifestaciones del amor, parecería que es una emoción limitada al terreno de la pareja y basta darse una vuelta por cualquier centro comercial estos días para notar cómo San Valentín nunca apunta su flecha hacia el espejo.

Recientemente platicaba con mi gran amiga Fernanda Ostos —actriz y productora quien, por cierto, acaba de estrenar una obra de teatro de su autoría sobre un viaje imaginario de encuentros y desencuentros entre Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez— sobre la presión social que se ejerce hacia las mujeres respecto a la pareja y apuntó, con mucho tino, que cuando nos cuestionan cómo estamos en el amor, nadie responde más allá de lo romántico.

Y es que de esa búsqueda incansable de nuestra media naranja para la cual fuimos entrenadas desde niñas más los juicios sociales hacia las mujeres “solas” se crea un cóctel que limita no sólo las interpretaciones sino la expresión de cualquier otro tipo de amor, empezando por el propio.

Se sabe que no garantiza un gran éxito en ventas pero, ¿podríamos mandar los reflectores al amor hacia nosotras mismas?

Un dato para animarnos: México está entre los cinco países con mejor índice de amor propio de entre 21 que fueron considerados para un estudio de IPSOS, con 59 puntos de cien; Dinamarca, además de destacar anualmente en felicidad, se llevó el primer lugar en esa encuesta realizada en 2020. Corea del Sur, Francia y Arabia Saudita sacaron las peores calificaciones.

Otros menos alegres: entre los hallazgos también destaca que las mujeres dijeron sentirse nerviosas, ansiosas y deprimidas con más frecuencia que los hombres y le dan mayor importancia a su cuerpo como determinante de amor propio. Además, casi la mitad de las mujeres de la generación Z están en la categoría más baja, comparadas con menos de una de cada cinco de las de la Generación X o mayores.

¿Será un efecto nocivo de la ilusa vida perfecta competida en las redes sociales? La hipersexualización y objetivación del cuerpo para ganar likes, así como la dependencia de filtros para “mejorar” la imagen sin duda han tenido impacto en la manera en que las más jóvenes procesan su autconcepto y desarrollan su autoestima.

En conclusión, no me parece exagerado afirmar que hoy, más que nunca, sería útil preguntar cómo andamos en amor propio. Quizá, como dice Miley Cyrus en la canción por la cual acaba de recibir el Grammy, este 14 de febrero podemos empezar por comprarnos flores a nosotras mismas.

POR MARÍA ELENA ESPARZA GUEVARA
@MAELENAESPARZA

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