MIRANDO AL OTRO LADO

Ansias de militarismo

Como si buscara aliviar un dolor que mata, AMLO se asocia con los militares para abatir su incertidumbre

OPINIÓN

·
Ricardo Pascoe Pierce / Mirando al Otro Lado / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Como si buscara aliviar un dolor que mata, AMLO se asocia con los militares para abatir su incertidumbre respecto a los comicios de junio. Será su último recurso ante la eventualidad temida de una derrota total o parcial. Él no acepta derrotas, ni totales ni parciales.

Exige a sus candidatos que ganen sus puestos de elección, y que obtengan, además, la mayoría calificada en el Congreso. Para ello, calcula que necesitará de la lealtad irrestricta de los militares para alcanzar su objetivo de lograr la victoria total.

Crece la incertidumbre del Presidente acerca de los posibles escenarios resultantes a partir del 2 de junio. Sabe perfectamente que una cosa son las encuestas compradas y otra, muy distinta, son las realidades del estado de ánimo de la sociedad. La irritación social crece conforme avanzan las campañas. Las interioridades de las encuestas lo reflejan.

No hay ninguna encuesta seria que arroje un saldo positivo para el gobierno en materia de salud, educación, seguridad y corrupción. Todas arrojan saldos entre los treintas altos o bajos a favor del gobierno. La opinión negativa ronda los sesenta o setenta porcentajes.

Es un resultado fatal para un gobierno que quiere ganar todo. Llegando al absurdo de la ceguera, hay encuestas que señalan que Sheinbaum es más popular que AMLO. Ella es simple usuaria de la fuerza política del Presidente. Por sí sola, carece de fuerza, carácter y reconocimiento.

Es notable que incluso la aprobación de los programas sociales ha caído por debajo del 50%. La razón de este colapso es que ha calado en la sociedad el argumento de que los beneficios son sólo un ardid para obligar a los beneficiarios a votar forzosamente por Sheinbaum.

Lo importante de este dato va por doble partida. Por un lado, existe una irritación social con el método que emplea el gobierno para atrapar a los ciudadanos en sus redes. Por otro lado, parece que la sociedad crecientemente exige libertad para poder ejercer su voto sin presiones y sin la interferencia de agentes gubernamentales en la decisión individual sobre por quién votar.

Una expresión nítida de la incertidumbre que invade al Presidente es la presentación, ante el Congreso de la Unión, de 20 propuestas a reformas constitucionales. Muchos de los puntos son confusos y mezclan áreas que no tienen relación alguna entre sí.

Otros son dardos envenenados, por diferentes razonamientos, como la reforma al Poder Judicial, la desaparición de los órganos autónomos, la incorporación de la Guardia Nacional al Ejército, la reforma a las pensiones, la desaparición de los plurinominales y el INE, entre otros.

¿Por qué presenta las reformas como materia constitucional, si sabe de antemano que no necesariamente serán aprobadas, en virtud de que su partido no cuenta con la mayoría calificada en el Congreso? Muchas de sus propuestas son materia de legislación ordinaria, y no requieren de su inclusión en la Constitución para ser aprobadas. Obviamente al Presidente no le interesa que se aprueben. Lo que busca es apropiarse de la discusión en las campañas, y ser él el gran conductor del proceso electoral. Le urge estar en el centro de la discusión.

¿Es por egolatría, o hay algo más? Es por egolatría, pero hay otras razones también. Percibe la debilidad de la candidatura de Sheinbaum. Y también constata el crecimiento de la candidatura y la campaña de Xóchitl. Necesita urgentemente que se deje de hablar de la inseguridad y la violencia, de los desaparecidos y de los familiares asesinados de éstos.

Necesita que se deje de señalar sobre el fracaso del sistema de salud y sobre la ridiculez de su megafarmacia fracasada, aunado al tema de los niños que se mueren de cáncer por falta de sus medicamentos. Quiere que la gente deje de preguntar sobre la corrupción en su gobierno, empezando por sus hijos y otros familiares y amistades.

Y le urge que no se escuchen más los relatos sobre sus relaciones con el narcotráfico, de sus conversaciones con la mamá del Chapo y sobre la liberación de Ovidio. Los informes de la DEA son veneno para él y su entorno. Por más que lo niegue, las cosas están cada vez más hundidas en el fango de la incredulidad y cuestionado por sus tropiezos y contradicciones. El hashtag de #PresidenteNarco cala, y cala hondo con toda naturalidad. Y el tema no desaparece, sino todo lo contrario.

En este escenario de incertidumbre, AMLO recurre a las Fuerzas Armadas, como refugio, aliado y potencial protector ante las inclemencias políticas que se avecinan. Además, les propone un pacto: les permite meter las manos a fondo y sin rendición de cuentas en el presupuesto público y en negocios legítimos e ilegítimos a cambio de su apoyo y lealtad irrestrictos en el caso de que los resultados del 2 de junio no sean los que quiere, y se vería “obligado” a alterar el orden público nacional para recuperar el control del país.

Dicho más claramente, si AMLO, Sheinbaum y Morena se encuentran en una situación de debilidad a causa de resultados electorales adversos, van a querer romper el orden constitucional para mantenerse en el poder. Hay varias rutas que podrían seguir, desde el desconocimiento de los resultados junto con una la declaratoria del Estado de Excepción en México, con facultades para gobernar por decreto (que es la ruta que Pedro Castillo intentó en Perú) hasta un duro golpe de Estado, al estilo de Pinochet.

Sucede que las Fuerzas Armadas tendrían que acompañar al Presidente en cualquier intento que pudiera escenificar para mantener a su corriente en el poder. Por tal razón, y ante la incertidumbre reinante, el acercamiento táctico y estratégico de AMLO con las Fuerzas Armadas es equivalente a soltar el canto de las sirenas. Es un proyecto de seducción con la intención de envolver a las Fuerzas Armadas en su plan de continuismo anticonstitucional.

Utiliza desde la vil corrupción hasta la venta de su “ideología transformadora” para envolver a los mandos militares en su trayecto hacia la reproducción de su partido y, por qué no, de él mismo en el poder.

La consolidación de su propuesta implica, necesariamente, el reemplazo a la Constitución por una nueva que facilite la existencia de un régimen cívico-militar legalmente constituido en México, el cual no podrá convivir ni con un Poder Judicial independiente ni con un Poder Legislativo con nuevas mayorías y minorías. Por esa razón no acudió a Querétaro este 5 de febrero último. Era para dejar en clara su posición: “Esta Constitución no me representa, y quiero otra”.

Ese mismo 5 de febrero envió sus mal ponderadas iniciativas para reformar la Constitución. Decisión y consecuencia. El Presidente ansia una consolidada relación con el Ejército que le permita asegurar su absoluta y abnegada lealtad al plan del Ejecutivo federal.

POR RICARDO PASCOE

COLABORADOR
ricardopascoe@hotmail.com
@rpascoep

MAAZ