ORBITANDO

Bukele, con olor a dictador

El todopoderoso presidente de El Salvador, Nayib Bukele, gobernará otros cinco años

OPINIÓN

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Israel López Gutiérrez / Orbitando / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El todopoderoso presidente de El Salvador, Nayib Bukele, gobernará otros cinco años tras autoproclamarse ganador de las presidenciales, pese a que el conteo de votos no había terminado, aunque tendrá que cargar con la loza de aceptar o no si su reelección estuvo en el margen de la legalidad.

Se presentó a las elecciones a pesar de que al menos seis artículos de la Constitución salvadoreña prohíben que se lleve a cabo una reelección inmediata.

Esto fue posible gracias a que en 2021 la Asamblea Legislativa, con mayoría oficialista, destituyó a los magistrados de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, junto con su fiscal general Raúl Melara.

En su primer día de trabajo, los diputados eligieron y juramentaron a los nuevos jueces que allanaron la ruta para dar paso a la ambición reelectoral de Bukele.

Lo cierto es que, para el siguiente quinquenio, pinta inmejorable para Bukele. Según las estimaciones electorales, su partido Nuevas Ideas se quedará con 58 de 60 posibles asientos en el Congreso. O sea, tendrá vía libre para implementar o reformar lo que le venga en gana.

Esos mismos comicios avalaron la continuidad del estado de excepción, que lleva dos años y que nació bajo la consigna de desarticular y encarcelar a las pandillas o maras, que tenían secuestrado a ese país bajo un manto de violencia.

Bukele logró en su primer gobierno que los homicidios en El Salvador cayeran a sus registros mínimos con 10.8 por cada 100 mil habitantes en 2023. En 2018, se registraban 51 asesinatos por cada 100 mil. Fue la bandera de su campaña.

Hoy, nueve de cada 10 salvadoreños apoyan la cruzada contra las pandillas, pero los métodos de Bukele son criticados por la Iglesia católica y organismos de derechos humanos, que aseguran que entre los detenidos hay muchos inocentes.

También es verdad que en la pasada elección, la oposición encabezada por los partidos Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y la Alianza Republicana Nacionalista (Arena) terminó de desaparecer del imaginario colectivo, por sus malos gobiernos.

Hoy, en la emblemática Plaza Libertad San Salvador, todos los días por la tarde noche se reúnen muchos salvadoreños para bailar al aire libre, algo impensable antes de la era Bukele, porque era un territorio en disputa entre la Mara Salvatrucha y la Barrio 18.

Ambas pandillas extorsionaban a los comerciantes del sector y, por supuesto, no había baile. En cierta forma, la seguridad dejó de ser la principal preocupación del gobierno y sus gobernados, ahora la economía, el desempleo y el alto costo de vida son las problemáticas dominantes.

Este régimen recibió un baño de masas que le da el empuje a Bukele para seguir haciendo lo que ha venido haciendo. Pero eso nada tiene que ver con un avance democrático y, más bien, está colocando a El Salvador rumbo a una dictadura al estilo de Nicaragua.

El Presidente se mofa de los que lo llaman dictador, pero huele, actúa, gobierna y se expresa como tal.

POR ISRAEL LÓPEZ GUTIÉRREZ
COLABORADOR
ISRAEL.LOPEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM

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