Por estos días en Oaxaca, además de la falta de agua, el tema de conversación es la inauguración de la autopista que conectará a la capital del estado con Puerto Escondido.
Se trata de un sueño largamente postergado para los oaxaqueños, ya que pasaron seis sexenios federales y otros tantos estatales para concluir una obra que reducirá de seis horas a tres horas y media el trayecto a la costa.
Añada que en los últimos 16 años la autopista vio pasar a seis constructoras que no pudieron con el paquete, además de presiones y chantajes de todo tipo de los habitantes que se oponían al proyecto.
Sobra decir que es una buena noticia, ya que la autopista llevará desarrollo a Oaxaca, pues entre otras cosas elevará considerablemente la afluencia de visitantes a Huatulco, sin duda la joya de la corona de la industria turística del estado.
Sin embargo, como dice el exdiputado Jorge González Illescas, las buenas noticias no llegan solas, y Huatulco tendrá en los próximos meses un rostro muy distinto.
Y es que existe la intención del gobierno federal por desaparecer Fonatur, que como sabe, desde los orígenes de Huatulco se ha encargado del buen mantenimiento de vialidades, alumbrado público y limpieza de un destino apreciado por su cuidado al medio ambiente.
El sustancial aumento de turistas a Huatulco atestiguará además el cierre de la Marina y el campo de golf, que también se veían por los prestadores de servicios como atractivos para atraer visitantes de alto poder adquisitivo, amén de su contribución al buen estado del destino. Illescas dice que, de mantenerse esos activos, la derrama económica de la nueva autopista sería mayor.
Se trata de un antes y un después de la costa oaxaqueña con la autopista, pero también sería conveniente que el gobierno federal reconsidere el esquema operativo de Fonatur, se rescate la Marina y mantengan la operación de un campo de golf de ideas populistas que piden convertirlo en zona supuestamente protegida, que estaría en charola de plata para invasiones y desarrollos inmobiliarios irregulares. Al tiempo.
LA RUTA DEL DINERO
A convocatoria del presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, ayer por la mañana tuvo una encerrona con líderes del bloque opositor, Marko Cortés, del PAN, y Jesús Zambrano, del PRD, donde esas fuerzas políticas acordaron acompañar la iniciativa de Reforma de Pensiones que enviará al Congreso el presidente Andrés Manuel López Obrador. Se trata de una estrategia de inteligencia política que pone por delante a los trabajadores y donde el planteamiento es que una vez aprobada la iniciativa se aplique de inmediato en las prestaciones de empleados del ISSSTE. El planteamiento fue respaldado por la candidata Xóchitl Gálvez y como imaginará, el pronunciamiento cayó como balde de agua helada en Palacio Nacional, ya que se pensaba que la oposición votaría en contra.
POR ROGELIO VARELA
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