Cristiano Ronaldo, Neymar Jr. y Karim Benzema son algunos de los nombres grandes que, por el momento, están ejerciendo el balompié en Arabia Saudita. Recordando, que en este pasado verano, la Federación de Futbol de Arabia Saudita, junto a su gobierno, ejecutaron su plan de levantar el perfil de su Liga, ofreciendo salarios de cantidades absurdas a jugadores de los mejores torneos de Europa, y gastando alrededor de 171.5 mil millones de pesos en compras de jugadores.
Algo similar pasó en 2016 con la Superliga china, aprovechándose de un boom económico en el país, el gobierno chino buscó mejorar su liga de futbol, con el objetivo de convertirse en una de las grandes potencias. Lo intentó desarrollando academias, al igual que minimizando impuestos para que los clubes chinos puedan comprar jugadores de los grandes equipos europeos.
Aunque, después de varios años, el proyecto fracasó, ya que la economía china no pudo soportar los gastos excesivos, dentro y fuera del deporte. La estrategia de Arabia Saudita es igual, aunque no está implementando esta estrategia para aprovecharse de un boom económico, sino que tiene otro propósito: sportswashing o lavado deportivo.
Sportswashing, que es un término relativamente nuevo, es una estrategia con el objetivo de elevar la imagen política y cultural de un país, utilizando el deporte como una herramienta auto promotora a través de torneos o patrocinios. Se puede tomar como ejemplo el último Mundial 2022. En Qatar, toda la polémica que hubo con los periodistas, la hospitalidad y los problemas con las construcciones de los estadios se olvidaron durante el torneo...
La estrategia funcionó, y la imagen del país se levantó, con el proyecto que han desenvuelto desde hace más de 15 años, con la apertura de Aspire Academy y la compra del Manchester City. Arabia Saudita implementa estrategias, con la idea china de una Superliga, y aspectos del proyecto qatarí, la compra del Newcastle, y el mercado de este pasado verano, están como evidencia.
Pero, ¿se está derrumbando el proyecto? Se están notando los primeros huecos en éste, con los primeros incidentes con jugadores como Benzema, dejando al país pidiendo que lo vendan a un equipo europeo, y Jordan Henderson, exLiverpool, yéndose al Ajax después de cinco meses en la liga de Arabia.
Parece ser que a muchos de los jugadores les está costando trabajo vivir en un país con reglas tan diferentes al mundo occidental. También, su proyecto con el Newcastle está empezando a ver sus primeros problemas con el presidente del club, Yasir al-Rumayyan, teniendo una demanda judicial por haber llevado a cabo las instrucciones del príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammad bin Salmán, con “intenciones maliciosas”.
Como la Superliga china, el proyecto de la liga de Arabia Saudita podrá terminar en un par de años. Parece ser que se viene un éxodo de jugadores, y la eventual salida de la imagen del proyecto, Cristiano Ronaldo, podrá marcar el final. Aunque, puede ser que el propósito principal del proyecto se cumpla, con la imagen política y cultural de Arabia Saudita limpiándose ante los ojos del mundo.
POR GABRIEL HERMOSILLO
COLABORADOR
GABOHERMO2@GMAIL.COM
MAAZ