COLUMNA INVITADA

Las formas bien ¿y el fondo?

El primero de octubre fue un día histórico: la primera Presidenta lució impecable, retomando la investidura presidencial que exige

OPINIÓN

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Juan Luis Montero García / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Hoy se cumple una semana con Claudia Sheinbaum dirigiendo el país desde la presidencia de la República. Muchos destacan el retiro de AMLO, y otros resaltan la presencia de la primera mujer como Comandante Suprema de las Fuerzas Armadas, una situación que fue difícil de imaginar y que hoy es una realidad. Su llegada a esta posición no es suficiente para terminar con los diferentes movimientos, ideologías y políticas que buscan la igualdad entre los hombres y las mujeres, únicamente muestra el desarrollo de esta lucha y la posibilidad de acelerar, y equilibrar, los alcances del movimiento feminista: lograr la igualdad de género y eliminar la discriminación y la violencia contra las mujeres y las niñas.

El primero de octubre fue un día histórico: la primera Presidenta lució impecable, retomando la investidura presidencial que exige, entre otras cosas, parecer para poder ser; la maestra Ifigenia Martínez (Q.E.P.D.), mujer de 99 años que representa la lucha de la izquierda y de las mujeres en México al ser la primera mujer mexicana en obtener un título de Maestra en Economía por la Universidad de Harvard, que trató de entregar la banda presidencial en lo que fue realmente un símbolo (o quizá una gran imprudencia). Un referente más, que alimenta lo histórico del día, fue que la propia oposición decidiera hacer lo necesario para dejar muy claro que en este país no existe: su silencio y su comportamiento únicamente lo afirmaron. El discurso de la primera mandataria resultó, para muchos, lo esperado: reconocimiento y homenaje al expresidente, sin agradecer su llegada a la presidencia; palabras al fortalecimiento y continuidad del humanismo mexicano; agradecimiento a los invitados especiales, un reflejo del compromiso y amistad con la comunidad internacional; los logros en las reformas constitucionales; el compromiso con las mujeres; los logros obtenidos y sus planes para gobernar. Entre aplausos y los acostumbrados “es un honor…” terminó el evento que marca el protocolo.

Esa es la forma ¿y el fondo? Para su debido ejercicio, el Supremo Poder de la Federación se divide en tres poderes, el Poder Legislativo, el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial; poderes que encuentran su justificación en el equilibrio entre ellos, en las necesidades funcionales y de mutuo control y en la cimentación del Estado de Derecho, todo ello recogido en nuestra muy maltratada Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Fue un día histórico ¿y de fiesta? Habría que ser muy precisos en que estaríamos festejando como nación. Suma, de manera importante, a lo histórico del primero de octubre de 2024, el silencio del Poder Judicial en paro. Una transición que adolece, de manera grave y trascendente, que el Poder Judicial de la Federación no se encuentre sólido, actuante y ejerciendo el contrapeso necesario para vigilar el cumplimiento de la Constitución y de las leyes. En el fondo, este gobierno encabezado por la primera mandataria Claudia Sheinbaum, inicia fracturado, frágil y débil. La seguridad, la educación, la salud, entre otras, serán retos muy importantes; pero su mayor responsabilidad es devolverle su naturaleza y razón de existir al Poder Judicial. Así lo pienso ¿y tú?

POR JUAN LUIS MONTERO GARCÍA
ABOGADO PENALISTA 
@JUANLUISMONTERO

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