COLUMNA INVITADA

¿Esperanza de cambio?

Los signos ominosos que observamos apenas terminada la jornada electoral del 2 de junio se están convirtiendo en decisiones que encaminan a México

OPINIÓN

·
Cecilia Romero / Colaboradora / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Los signos ominosos que observamos apenas terminada la jornada electoral del 2 de junio se están convirtiendo en decisiones que encaminan a México a derroteros totalitarios.  Nos encontramos ante un inicio de administración sexenal que no augura vigencia del Estado de Derecho, ejercicio responsable de las libertades, o avance de la democracia en nuestro país.

Las recientes modificaciones constitucionales aprobadas por una mayoría aplastante e ignorante de las consecuencias de sus actos están ya ocasionando graves tormentas.  La estructura de uno de los poderes del Estado Mexicano está siendo demolida, y la sustitución que se pretende no tiene asidero en la lógica jurídica, ni política, ni laboral.

Quienes aspiran a convertirse en integrantes del Poder Judicial tendrán que cambiar su derrotero porque la carrera judicial es prácticamente ignorada en la nueva legislación.  Llegar a ser Juez, Magistrado o Ministro ya no será cosa de estudiar, concursar y ascender.  Los que detentan el poder decidirán quiénes son candidatos; no es la preparación profesional, es la lealtad al partido, lo que definirá a los próximos juzgadores.

La Presidenta ha aceptado sin reparos esta grave distorsión a nuestro marco jurídico fundamental, como ha aceptado la herencia del sexenio apenas cerrado en asuntos tan graves como la militarización formal del país y la desaparición de los órganos constitucionales autónomos, y tan aparentemente intrascendentes como cambiarse a vivir a Palacio Nacional o continuar con las mañaneras de su antecesor.

Lo que apunto en estos párrafos, lo que hemos visto apenas, y lo que viviremos en los días por venir, no auguran cambio de rumbo en el futuro cercano.  Aunque lo veníamos venir, había en algunos la idea de que podría haber un golpe de timón.  No lo habrá.

Es ahora cuando aumenta el desánimo, el enojo y la impotencia en un porcentaje cada vez mayor de ciudadanos.  Y es cuando surge el cuestionamiento sobre el quehacer de quienes queremos un México distinto al que estamos acercándonos aceleradamente.

Sostengo que la esperanza de cambio debe mantenerse.  No una esperanza providencialista, ni pasiva.  No la esperanza de que llegará la solución de la Providencia, o del extranjero, o de un líder mesiánico, o de la quiebra de la economía nacional.

Lo anterior seguramente influirá, pero la esperanza de cambio real está en el despertar cívico ciudadano que hoy está presente.  La sociedad civil en el México de hoy es más madura, más organizada.  Se requiere profundizar en los compromisos, analizar los caminos, descubrir líderes locales y ayudarlos a crecer.  Estrategia, generosidad, y resiliencia

El inicio de esta administración sexenal se dio el 1 de octubre, aniversario de la muerte de Manuel Clouthier, gran mexicano, gran líder, gran demócrata, que nos repitió incesantemente que “solo está derrotado quien ha dejado de luchar”. Tomémoslo en cuenta.  

POR CECILIA ROMERO CASTILLO

COLABORADORA

@CECILIAROMEROC

MAAZ