Se llegó el fin del sexenio de López Obrador, un mandato particular por las decisiones y el rumbo que dio al país durante su “mandato”. Entrecomillo la palabra porque, en la práctica, lo hizo literal: mandó hasta la última mañanera. Su periodo pasará a la historia por múltiples razones, pero principalmente por su imprecisa manera de presentar datos, la poca apertura al diálogo y la incertidumbre que generó en temas de legalidad, seguridad, salud y relaciones exteriores, lo que permeó en las inversiones extranjeras y el desarrollo social.
Fue un periodo que nos da mucho para el análisis y para escuchar el sentir de las y los ciudadanos. ¿Cómo nos fue en lo individual? ¿En qué condiciones entramos en la economía familiar y cómo salimos? ¿Qué retos enfrentamos para atender temas de salud y seguridad? Esto, como un mero ejercicio de introspección. Ojalá el panorama sea positivo para todas y todos; de lo contrario, estoy con ustedes.
La economía es algo que nos duele porque afecta directamente la posibilidad de acceder a mejores oportunidades y condiciones de vida. En estos seis años, la economía apenas creció un 0.9 por ciento, ni siquiera se llegó al 1 por ciento, una cifra menor a la de sexenios pasados. México cayó cinco posiciones en el ranking de competitividad del International Institute for Management Development y, según la CONEVAL, la población con carencias por acceso a los servicios de salud aumentó un 23 por ciento, lo que implica un mayor gasto para cubrir enfermedades o, en su defecto, no atenderlas.
Partiendo de aquí, debemos estar alertas y escuchar con oídos críticos la línea que seguirá la aún Presidenta Electa, Claudia Sheinbaum, el próximo 1 de octubre. Su arranque se dará en medio de un ambiente sociopolítico inquieto y controvertido tras las recientes aprobaciones de la reforma del Poder Judicial y la reforma de la Guardia Nacional; unas últimas semanas de votaciones apresuradas y no consensuadas, que demostraron su peso en los curules.
La llegada de la primera Presidenta estará en la mira de las y los ciudadanos, quienes la observarán desde su toma de protesta y su arranque oficial. Estemos atentos para ver a qué proyectos dará continuidad y cuáles despedirá, porque los números y las cifras son claros en evidenciar que la ruta no era la indicada, especialmente en cuanto a que el acceso a los servicios de salud pública disminuyó, la inversión extranjera se ha retirado debido al panorama legal incierto, y que la relación con Estados Unidos y Canadá debe fortalecerse, así como la seguridad y la tranquilidad, que deben ser un derecho plausible. No obstante, con la reforma de la Guardia Nacional, se abre la puerta a una militarización de las funciones de seguridad y a posibles violaciones de los derechos humanos, la legalidad y la transparencia.
Esperamos con optimismo que este sexenio que está por iniciar sea un escenario para construir, para escuchar y para entablar diálogos, y que su discurso sea, como ella misma lo enuncia, un gobierno para todos y todas. Estaremos atentos. #OpiniónCoparmex
POR CARLOS VILLASEÑOR FRANCO
VICEPRESIDENTE NACIONAL DE FINANZAS Y DESARROLLO INSTITUCIONAL DE COPARMEX
MAAZ