Al llegar al Teatro de la Libertad en Palestina, a Estefanía Vega la recibieron con las palabras “Welcome to revolution” (“Bienvenida a la revolución”). Una revuelta que, en gran parte, se trata de un movimiento cultural, pues gran parte de la resistencia se manifiesta a través de las artes.
La artista –originaria de Guanajuato y con estudios de teatro– llegó a Palestina a principios de octubre pasado para realizar una residencia artística durante tres meses; cuando el conflicto inició, la joven decidió quedarse y dedicar su trabajo a apoyar a la población en los territorios ocupados.
En el muro del apartheid que divide Palestina, a la altura de Bethlehem, en Cisjordania, Estefanía realizó su performance El vuelo del Sol, una jornada de resistencia solidaria con los presos palestinos, sin acceso a alimentos, agua o abrigo, en apoyo a los pobladores locales que sufren las consecuencias de la escalada militar israelí. Sin embargo, la ocupación impidió llegar a las 24 horas que se tenían planeadas.
De acuerdo con la artivista, su pieza es un acto que “busca no sólo mover a la audiencia, sino también catalizar la acción y la solidaridad global”.
Estefanía estuvo en Palestina en 2018, en una primera residencia artística para desarrollar un proyecto inspirado en el Nakba. En esa ocasión conoció el Teatro de la Libertad, un centro cultural en Cisjordania que forma a jóvenes en disciplinas escénicas, mientras contribuyen a la resistencia.
Desde su llegada, la actriz ha estado en contacto con organizaciones como el Movimiento Internacional de Solidaridad con el pueblo palestino; fundó el colectivo Artistas mexicanos por Palestina y representa a BDS (Boicot, Desinversión y Sanción contra Israel) creado originalmente en Sudáfrica.
Por ahora, Vega ha decidido quedarse en Palestina con sus proyectos artísticos, su activismo propalestino y por los derechos humanos.
POR: MELISSA MORENO
@MELISSOTOTOTA
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