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Agua… no pasa por mi casa…

Transportarse en bicicleta en México abre nuevas ventanas para mirar nuestro entorno

OPINIÓN

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Alejandro Echegaray / Campus / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Transportarse en bicicleta en México abre nuevas ventanas para mirar nuestro entorno. Funciona lo mismo como un termómetro para medir el humor social, como un laboratorio donde descubrir y sentir la calidad del aire, la infraestructura vial, la calidad de la pavimentación y, por supuesto, el clima. En los veranos capitalinos era común que me diluviara varias veces al año. Todavía tengo presente algunas trombas que enfrenté como pude. El año pasado los capitalinos lo recordaremos por ser el más caluroso y por la falta de lluvias. No es exagerado decir que “nos estamos secando”. Pronto no habrá agua suficiente en la CDMX.   

De acuerdo con datos de Berenice García Cabrera (INEGI, 2020), la proporción de viviendas que cuentan con agua entubada en la Ciudad de México es de 98.9 %; por lo que respecta al drenaje, la cobertura es de 99.7 %.  

Pero estas cifras pueden ser engañosas. De acuerdo con la Encuesta Nacional de los Hogares (INEGI, 2016), solo 79.7% de las viviendas de la ciudad recibe agua diariamente; 9.3% la tiene cada tercer día; 4.3% apenas dos veces por semana; 4%, ya solo recibe agua una vez cada 7 días; y 2.8% de vez en cuando o no recibe, es decir, más de 525 mil hogares o 1.8 millones de capitalinos no tienen continuidad en el suministro de agua.  

Esta información deja ver que el acceso al agua en la Ciudad de México es inconstante, lo que genera conflictos sociales producto del tandeo con el que se suministra este recurso básico. Este sistema de distribución es propicio para la creación de clientelas electorales y el condicionamiento del agua por el respaldo político.  

Es verdaderamente preocupante que la capacidad hídrica del Sistema Cutzamala ha sido rebasada con creces; la merma se estima en un 30%. De no cambiar las medidas para gestionar y reutilizar los recursos hídricos, en pocos años algunas regiones en México -incluida la Ciudad de México- llegarían al “Día cero”, es decir, no habría manera de que las autoridades pudieran proveer “el vital líquido”. Caeteris paribus la estimación de la ONU coloca ese temido día en 2028.  

Durante siglos se ha mantenido un régimen de gestión meteorológica que a todas luces es insuficiente para llenar los sistemas de presas y si continúa la inmovilidad burocrática la situación solo puede volverse aún más crítica. Para la Ciudad de México, el tiempo corre. Estimaciones indican que la CDMX es la tercera entidad con mayor estrés hídrico en todo el país. El incremento en el consumo, la falta de mantenimiento a la infraestructura, así como un decremento en la captación de aguas pluviales son algunas de las causas de la sequía.  

Medidas de mantenimiento son necesarias, pero también iniciativas que concienticen a la población y sector privado sobre el cuidado del agua así como un marco regulatorio más exigente sobre la gestión y saneamiento de la infraestructura hídrica. Los candidatos a gobernar la CDMX tendrían que, forzosamente, incluir este problema en su oferta política. 

POR ALEJANDRO ECHEGARAY

CONSULTOR

@AECHEGARAY1

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