En 1923, dos personajes se mencionan para la sucesión presidencial; en la arena política está Adolfo de la Huerta, entonces ministros de Hacienda y Plutarco Elías Calles, ocupaba la cartera de Gobernación; la silla presidencial era ocupada por Álvaro Obregón; los tres de estado Sonora, mismos que integraban el triunvirato sonorense.
El dedo flamígero señala a Elías Calles, los ojos de Obregón se fijan en la figura de Elías Calles; de la Huerta no se queda quieto, no digiere esa decisión, se lanza a la arena política.
El historiador Enrique Arriola en el libro La rebelión delahuertista, escribe, “A principios de 1923 empieza aflorar través de la prensa la lucha que por la silla presidencial se venía dando de manera subterránea…las fuerzas se polarizaron y definieron a favor de cada uno de los contrincantes: Adolfo de la Huerta y Plutarco Elías Calles”.
A principios de septiembre del año antes citado, Plutarco Elías Calles, renuncia a la titularidad de la Secretaría Gobernación y acepta la candidatura a la presidencia de la República, por su parte, Adolfo de la Huerta, deja la cartera Hacienda el 23 de ese mes y el 23 de noviembre, se lanza a la arena política, ingresa a la lucha electoral por la silla presidencial, bajo el cobijo del Partido Nacional Cooperativista y elementos castrenses, entre ellos, los generales Salvador Alvarado, Enrique Estrada, Guadalupe Sánchez, por solo citar estos.
Mientras que Elías Calles, contaba con el apoyo de un sector importante del ejército, así como de obreros y campesinos, aglutinados en los partidos Nacional Agraristas, Laborista Mexicano y Socialista del Sureste.
El 19 de octubre, es nombrado Alberto J. Pani, titular de Hacienda, elabora un informe donde señala que hay una malversación en el periodo con de la Huerta, por 42 millones de pesos, un día después los periódicos publican la información antes citada, con la anuencia de Obregón.
En sus Memorias, de la Huerta dictadas a Roberto Guzmán Esparza, se lee, “…mi aceptación de la candidatura me proporcionaba cierta protección por el fuero de que goza un candidato. Yo ya sabía que me enfrentaba a dos lobos y necesitaba defenderme como gato boca-arriba”, se inicia la lucha por el poder; la rebatinga por la banda presidencial, génesis de La rebelión de la huertista.
El investigador Pedro Castro en su biografía Adolfo de la Huerta, señala “el 6 de diciembre de 1923 fue dado a conocer el Plan Revolucionario de De la Huerta en Veracruz, 24 horas después de haberse expedido el Plan de Xilitla (San Luis Potosí) por Prieto Laurens…denunciaba en sus considerandos el objetivo del Poder Ejecutivo de imponer la candidatura del general Plutarco Elías Calles”, un día después prende la rebelión delahuertista, con algunos triunfos militares en un principio, pero pronto sofocados por fieles al gobierno que contaban con mayor y mejor armamento.
El 14 de febrero el general Francisco R. Serrano, declara que la sublevación fue aniquilada, 40 millones de pesos costó al erario la sublevación delahuertista; en marzo, don Adolfo de la Huerta, abandona tierras mexicanas, con rumbo a Estados Unidos.
POR RUBÉN MARTÍNEZ CISNEROS
COLABORADOR
MAAZ