Indiscutiblemente, el cambio climático es uno de los desafíos más apremiantes de nuestro tiempo. Sus efectos cada vez más palpables amenazan no sólo nuestra comodidad, sino nuestra supervivencia misma. Frente a este desafío global, es esencial que todos los actores de la sociedad, incluidas las empresas, se comprometan de manera genuina y efectiva. Sin embargo, este compromiso debe estar respaldado por la confianza del público.
La confianza es ese pegamento invisible que sostiene nuestras relaciones sociales, económicas y políticas. Pero en un mundo cada vez más volátil, la confianza parece estar en una pendiente resbaladiza. Hoy se desconfía de múltiples actores sociales y públicos, restando credibilidad a políticas públicas y acciones medioambientales. A nivel mundial, 6 de cada 10 personas creen que sus gobiernos, empresas y ciudadanos no están haciendo lo suficiente para enfrentar el cambio climático. En México, estos indicadores empeoran ligeramente, siendo alrededor del 70% de los mexicanos los que consideran que estos actores sociales hacen muy poco o nada al respecto.
Es preocupante la sospecha global de que las empresas podrían estar utilizando las declaraciones medioambientales de forma fraudulenta. Siete de cada diez personas creen que esto sucede de forma ocasional o incluso habitual. Este dato no sólo mancha la reputación de las empresas, sino que también socava los esfuerzos legítimos para combatir el cambio climático. La lucha contra el cambio climático debe ser una responsabilidad compartida. Las empresas, grandes y pequeñas, tienen un papel fundamental que desempeñar. Sin embargo, para que sus esfuerzos sean efectivos, deben ser transparentes, auténticos y estar respaldados por acciones tangibles.
Es hora de que las empresas tomen medidas audaces y demuestren a través de acciones reales que están comprometidas con la lucha contra el cambio climático. Esto podría implicar la adopción de tecnologías verdes, la reducción de la huella de carbono, la creación de productos y servicios sostenibles, entre otros.
Además, es crucial que las empresas se comuniquen de manera efectiva con su público. Deben ser transparentes sobre sus esfuerzos y desafíos en la lucha contra el cambio climático. También es importante que sean responsables y admitan cuando se equivocan o cuando no cumplen con sus promesas medioambientales.
Por último, es fundamental que como consumidores, nos informemos y exijamos transparencia y autenticidad en las declaraciones medioambientales de las empresas. Después de todo, con nuestro apoyo y confianza, las empresas pueden ser un poderoso motor de cambio en la lucha contra el cambio climático.
La lucha contra el cambio climático es un camino largo y arduo, pero es un camino que debemos recorrer juntos. La confianza y la transparencia son fundamentales en este viaje. Las empresas tienen la oportunidad de tomar la delantera y demostrar que son dignas de nuestra confianza.
Es imperativo que las empresas adopten una postura más transparente y auténtica en sus esfuerzos por combatir el cambio climático. Solo a través de acciones tangibles y una comunicación honesta pueden restablecer la confianza. Porque al fin y al cabo, sin confianza, no hay crecimiento ni progreso. Y en la lucha contra el cambio climático, la confianza podría ser la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Por Fernando Álvarez
Senior Group Director Ipsos en México
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