Arrancamos el año inmersos en el proceso electoral que nos llevará a la elección presidencial del 2 de junio. Sobra reiterar la trascendencia que estos comicios tendrán para nuestro país. Las vapuleadas instituciones democráticas estarán sujetas a pruebas de estrés extremo, pero no sólo en México, sino en buena parte del mundo. De hecho, 2024 será un auténtico maratón electoral ya que casi la mitad de la población del planeta, cerca de 4 mil millones de ciudadanos, está llamada a las urnas. Y cuatro procesos electorales tendrán el potencial de definir el resto de la década.
1.Rusia. Los rusos elegirán en marzo al dirigente que gobernará hasta 2030. Desde luego, todo está preparado para la continuidad de Vladimir Putin al frente del gobierno, pero la elección cumplirá el formalismo y permitirá al autócrata mostrar el apoyo de sus ciudadanos para ser el segundo líder con más años en el poder desde Stalin. Previsiblemente, dicho “respaldo” retrasaría aún más el fin de la invasión a Ucrania.
2. India. El nacionalpopulista Narendra Modi buscará reelegirse para un tercer mandato y confirmar su estatus de líder de mayor popularidad mundial, pero con serias confrontaciones internas por la reafirmación del nacionalismo Hindu en detrimento de otras poblaciones como la musulmana. De lograr su objetivo sumará quince años en el cargo en 2029.
3. Unión Europea. Se celebrarán elecciones parlamentarias en los 27 países del bloque, en medio de tensiones económicas, alta inflación y crispación política que ha llevado a triunfos de radicales, con la meritoria excepción de Polonia. Un triunfo de la extrema derecha fraccionará más las alianzas partidistas y complicará la adopción de políticas públicas en temas como cambio climático, transición energética y migración.
4. Estados Unidos. Sin duda, la elección más trascendente para millones de estadounidenses y para el resto del mundo, incluido el desenlace de las guerras que se libran en Europa y Medio Oriente. Un eventual triunfo de Donald Trump daría un golpe mortal a la democracia norteamericana, con el telón de fondo de una extrema polarización y creciente violencia. Y México pasaría de ser piñata electoral a chivo expiatorio de la revancha de Trump.
Con todas sus diferencias, en los cuatro procesos descritos flota el populismo como amenaza de la institucionalidad democrática global sustentada en elecciones libres, división de poderes, existencia de contrapesos y rendición de cuentas.
Lo mismo aplicará para el calendario electoral en América Latina. En 2023 hubo comicios en Paraguay, Guatemala, Ecuador, Argentina. En los tres últimos, los triunfos de Arévalo, Noboa y Milei sacudieron el mapa político pero aún no sabemos si será para bien. Este año veremos si resisten los regímenes populistas en Venezuela, El Salvador y Mexico, o si los aires de cambio se abren paso.
POR VERÓNICA ORTIZ
COLABORADORA
@VERONICAORTIZO
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