Se basa en una actitud personal positiva a la hora relacionarse y transmitir nuestros mensajes clave a las audiencias. Consiste en expresar opiniones evitando descalificaciones y enfrentamientos; es una vía adecuada para la interacción entre un candidato y la ciudadanía.
A lo largo de la última década, en tiempos electorales, las estrategias de comunicación se han basado en el discurso del miedo, generando confrontación y la división de nuestra sociedad en dos grupos: quienes están por la continuidad, o quienes apuestan por un cambio ante la falta de oportunidades y programas que permitan abatir la desigualdad.
En este 2024, los mexicanos nos enfrentamos al proceso electoral más relevante de nuestra historia, en el que habremos de elegir a más de 20,000 representantes populares en los ámbitos federal, estatal y municipal.
La comunicación asertiva debiera ser la base que permitiera un escenario equitativo para que los electores pudieran ponderar propuestas y programas que permitieran elegir la mejor opción.
Los mexicanos, por más de tres décadas fuimos construyendo un sistema democrático basado en el respeto a las instituciones, apostando a la autonomía y fortaleza de las mismas. Hoy, observamos que la democracia está en riesgo ante acciones que atentan contra las instituciones.
El discurso del miedo y la polarización se apoderaron de nuestro sistema y la única ruta será la confrontación entre quienes buscan fortalecer y mantener las instituciones y el estado de derecho, o quienes buscan la continuidad en el debilitamiento institucional.
POR FERNANDO A. MORA GUILLÉN
X: @Fernando_MoraG
- Maestro en Comunicación Institucional por la Universidad Panamericana.
- Presidente de la Fundación Fernando Mora Gómez para la Libertad de Expresión y el Derecho a la Información.
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