Lo dijimos, la suya fue una campaña fraudulenta, repleta de promesas populistas sin cumplir. Lejos de ello, en varios temas, el presidente incluso ha hecho justo lo contrario a lo que propuso: hipermilitarizó al país cuando ofreció regresar al ejército a sus cuarteles, solapó y se hizo de la vista gorda de la corrupción de su equipo y de sus hijos y amigos, no solo no pacificó al país, sino que lo deja con los mayores índices de violencia en varios sexenios.
Muchas de las frases que pronunció en la contienda y los debates quedaron vacías. Incluso habiendo ganado la elección y ya en periodo de transición así como en las primeras semanas de asumir la presidencia, seguía la parranda de ocurrencias como aquella de descentralizar radicalmente la ubicación de las oficinas de la administración pública federal, un fracaso absoluto.
Como muchos han dicho, fue un excelente candidato y líder opositor, pero renunció a ser presidente. Este gobierno ha sido la dictadura de las ocurrencias.
Lejos de unificar al país y de gobernar para todos, desde el primer día optó por desarrollar un programa de acciones para favorecer a sus clientelas y atacar con saña inédita, desde el púlpito mañanero, a diversos sectores de la población como pacientes con cáncer, empresarios y profesionistas de clase media, comunidad científica, periodistas, feministas, etc.
Otras expresiones quedaron como ingeniosas frases de campaña, pero a la postre demostraron ser embusteras y mentirosas.
Lo del avión que no tenía ni Obama quedó en un patético slogan si hoy constatamos que el deshacerse de la nave presidencial resultó en un pésimo negocio para el erario. Mientras él y su familia viajan en aviones militares.
Lejos de usar los instrumentos existentes en la Constitución y en la Ley para desmontar con inteligencia al crimen organizado, optó por extenderles concesiones territoriales para permitirles apoderarse de ciudades y regiones enteras.
De esa manera la extorsión y el derecho de piso se han generalizado en el país. Los grandes capos viven una época dorada: no hay investigaciones, procesos judiciales, ni procesos relevantes de recuperación de activos.
Eso sí, hay prisión preventiva oficiosa para adversarios y empresarios que difieren de sus postulados.
El fracaso al combate del huachicol, de acuerdo con cifras publicadas por El Universal este ilícito creció en 117% respecto al sexenio anterior.
Incluso en el tema predilecto en la agenda presidencial, los apoyos sociales, los logros son relativos.
Si se cotejan con la realidad, resultan cuestionables: no han logrado convertirse en una política social seria y que pueda considerarse como eficaz para combatir la pobreza. Lo anterior se demuestra al constatar que la población que vive en pobreza extrema ha crecido.
En salud, los datos que ofrece la realidad son dolorosos: el saldo de ochocientos mil muertos por la errática atención a la pandemia, así como millones de pacientes que no han tenido acceso a atención médica y medicamentos.
Recientemente el diario Reforma publicó, por ejemplo, que “Con una mortalidad de 330 personas con cáncer al día, la programación de radioterapias en el IMSS tiene una lista de espera de 11 meses.”
Las respuestas ante el desastre generalizado son acciones desesperadas y erráticas.
Muestra de ello son la farmaciototota que no obstante su costo millonario y descomunal tamaño (o precisamente por ello) solo ha surtido unas cuantas decenas de recetas; el pretender echar a andar una aerolínea sin plan de negocios y con subsidios multimillonarios; o el pretender ¡reformar la Constitución para prohibir el consumo de fentanilo! Puros distractores.
Ante la falta de resultados en todos los rubros y los escándalos de corrupción de su familia, el presidente se mete a la campaña, pretendiendo distraer la atención y buscar copar la agenda mediática.
Un día será fingir el funcionamiento de alguno de sus megaproyectos (para que al otro día se desmonte la escenografía), ir a macanear en día y hora laboral con algún beisbolista famoso, hacer declaraciones jocosas usando el presupuesto, inventar enemigos imaginarios, buscar la paja en el ojo ajeno, recetar el cancionero popular en horario mañanero, filtrar información privada y culpar a la oposición, hacer berrinche por la difusión de noticias relevantes por los medios de comunicación, minimizar la violencia, jugar al perdonavidas…
Ante este contexto de noticias falsas y distractores por parte del gobierno y su partido, las y los diputados del PAN seguiremos en el análisis riguroso de los resultados y exigiendo que se rindan cuentas, rechazando reformas que pongan en riesgo los controles democráticos e impulsando cambios a favor de las familias de México.
DIP. JORGE ROMERO HERRERA
COORDINADOR DEL GPPAN Y PRESIDENTE DE LA JUCOPO
@JORGEROHE
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