ESCRIBIR CON LUZ

Nubes psicodélicas

Detrás de las fotos que inundaron las redes sociales con el cielo de la Ciudad de México, hay una sabiduría popular heredada

OPINIÓN

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Cynthia Mileva / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El intento fallido por fotografiar con el celular los esplendores de la luna puede ser frustrante; los cielos de colores, sin embargo, son más amables. Técnicamente es más sencillo porque hay una mayor cantidad de luz, ayuda al objetivo angular para abarcar una mayor distancia en el encuadre -lente incluido en la mayoría de los teléfonos-, además de una gestión de color de pantalla que nos permite reventar la saturación del color hasta unos tonos, verdaderamente psicodélicos.

Durante este primer mes del año, al amanecer o al ocaso, se han visto hermosas nubes de colores y formas caprichosas desde la CDMX. No es particularmente extraño, pues estos y otros fenómenos astronómicos se pueden ver durante todo el año a través de los registros de fotógrafos interesados en astrofotografía, naturalista o científica, para recordarnos con asombro la bella manifestación de la naturaleza a través de sus imágenes.

Las redes sociales, por supuesto, rebosaron de fotos de cielos y comentarios de teorías conspirativas muy divertidas como el caso de la nube que tenía la forma de un OVNI.

La intención de capturar una imagen espectacular -en el sentido más estricto de su raíz especulum-, “espejeándola” al interior de la cámara, fue suficiente para desenfundar el aparato con ojo de vidrio y subir la mirada más allá de nuestros techos de cemento.

En realidad es grato ver en las redes el festín visual que se ha servido, pero también es una oportunidad para pensar que hubo un tiempo en donde nuestros abuelos y sus abuelos, tenían el hábito de observar la naturaleza y la capacidad de interpretarla.

Conocer que, cuando el cielo “estaba cargado”, “aborregado”, “hilado”, “pinto” era un signo de predicción útil para el campo, la seguridad o la abundancia, es reconocer que la sabiduría popular heredada, está por encima de la pobre inteligencia de un teléfono actual.

POR CYNTHIA MILEVA 

CYNTHIA.MILEVA@HOTMAIL.COM 

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