APUNTES DE GUERRA

Mañaneras

Son vehículo privilegiado de comunicación para el Presidente y, paradójicamente, también para la oposición, que se ha dedicado a tomar sus frases

OPINIÓN

·
Gabriel Guerra / Apuntes de Guerra / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Las conferencias de prensa matutinas del presidente Andrés Manuel López Obrador son ya emblemáticas de su presidencia. Realizadas con una regularidad asombrosa, han sido un vehículo privilegiado de comunicación para el presidente y, paradójicamente, también para la oposición, que se ha dedicado durante casi cinco años y medio a tomar frases y dichos del presidente (muchas veces -pero no siempre- sacados de contexto) para sus propios fines.

Propaganda, contra-propaganda, ejercicio informativo, plataforma para atacar adversarios, las mañaneras presidenciales retratan de cuerpo entero  no solo la figura del jefe del poder ejecutivo, sino la manera en que su gobierno ha decidido informar, o dejar de hacerlo.

El ejercicio es inédito en México, ciertamente, y probablemente a nivel mundial: yo no sé de un jefe de Estado o gobierno que se someta todos los días a un intercambio con los medios de comunicación. Con su estilo informal, campechano, el presidente pone los temas que desea en la agenda, se extiende en los temas que le son más gratos y evade o reduce aquellos que considera adversos.

Hasta ahí todo es normal, digamos: ningún político da conferencias de prensa para hacer autocrítica profunda, y menos aún diariamente, y todo personaje público busca salir ganando en sus intercambios con los medios.

Los asistentes son muy variados, por decirlo de alguna manera, debido principalmente a la irrupción de comunicadores nada convencionales (youtuberos, blogueros, fans del presidente) que comparten el espacio con reporteros tradicionales de medios establecidos que cubren “la fuente” de la presidencia, y la ocasional llegada de celebridades del periodismo, como ha sido el caso de Jorge Ramos, por solo mencionar a uno.

El presidente los escucha, les contesta, y a veces entra en una conversación, un toma y daca que muchas veces cae en el sermoneo pero que ocasionalmente se presta a discusiones muy ilustrativas, para bien y para mal.

Una de ellas fue la que sostuvieron el presidente López Obrador y Jorge Ramos, en que cada quien mostró cifras, argumentó y se montó en su respectivo macho, dejando al respetable público con ganas de más contexto y argumentos, y menos discusión. Como siempre que el presidente se confronta con alguien, las redes sociales estallaron en su favor y el ruiderío nubló lo que merecía una discusión mucho más profunda. ¿Quién ganó? Nadie

La fórmula ya es muy conocida y al presidente le ha servido para consolidar a su base y para reforzar las convicciones y emociones de sus críticos. No sé si sea el mejor uso del tiempo y la energía presidenciales.

Ahora, la candidata opositora a la presidencia, Xóchitl Gálvez, iniciará sus propias conferencias mañaneras, en una apuesta de campaña que busca darle mayor visibilidad y enfocar sus baterías no en la candidata oficialista sino en el presidente de la república.

¿Le funcionará? ¿O será, como en Palacio Nacional, un ejercicio de autoalabanza y de crítica mordaz?

POR GABRIEL GUERRA CASTELLANOS

GGUERRA@GCYA.NET  

@GABRIELGUERRAC

EEZ