COLUMNA INVITADA

Es tiempo de despertar

Hoy, cada persona que contaba o cuenta con un trabajo remunerado se percata de que su calidad de vida ha disminuido

OPINIÓN

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Sara Morgan / Columna Invitada / El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Las verdaderas causas que logran cambios radican en encontrarse al borde de una necesidad, o bien de una urgencia. 

Hoy, cada persona que contaba o cuenta con un trabajo remunerado se percata de que su calidad de vida ha disminuido. Muchas familias no tienen un presupuesto para lo básico: como resulta la comida, el descanso, la salud y lo que sea inherente a la vida misma. Con ello se perjudica toda la cadena de equilibrio y crecimiento social que acompaña a cualquier país del mundo. Por supuesto, esta pérdida tiene su razón de ser; y México, no es la excepción, sin embargo, nuestro país presenta tendencias de deterioro acelerado. Basta con ver las noticias del día o bien, tener la desgracia de vivir en un lugar (de muchos), donde la inseguridad absoluta e impune inunda la posibilidad de nuestros objetivos de vida.

Cuando falta lo básico, se gesta un movimiento que probablemente los políticos no ven venir, pero es lo que hoy genera la disrupción. El punto con México es que se ha tocado a aquellas personas para quienes era un orgullo escalar por medio de su educación, esfuerzo, ascenso económico y social; y a la cual se pretende regresar al mismo sitio, del que partieron sus ascendientes, es decir, la pobreza, al arrebatarles sus empleos; ya fuere mediante la exacerbación de normatividades que agotan el espacio de las empresas formales; o bien, la inutilización de sus actividades privadas, al regresarlas al espacio monopólico del Estado. De esa manera, se cree ilusoriamente que se retorna el patrimonio nacionalista de nuestro país, cuando la realidad será que, acabado el periodo de gestión de esta forma de pensar y de hacer política, se podría presentar un panorama francamente caótico.

Examinemos algunas situaciones que conforman el rompimiento de la seguridad en nuestra patria. La reducción de empleos de calidad, y el incremento de derechos laborales, por cuestiones políticas, sin tomar en cuenta la realidad económica del país, ha configurado el mayor menoscabo de derechos laborales, de toda la historia mexicana. Para darte una idea de lo que señalo, el INEGI, en su resumen anual del ENOE 2023 enoe_presentacion_ejecutiva_trim3_2023.pdf (inegi.org.mx), nos ofrece una radiografía de lo que ésta aconteciendo, ya que el 66% de toda la población trabajadora (formal e informal), tiene salarios de pobreza laboral. Esto tiene mucho que ver con la incapacidad de comprar cosas básicas, de sostener un hogar, de poseer una vivienda digna y se debe a la apropiación de ingresos privados mediante impuestos impagables a trabajadores y empresas formales; así como incrementos en salarios y derechos, que tienen un costo financiero inalcanzable. Lo que en el discurso suena bien, pero que en la realidad genera desventajas frente a un crecimiento del área informal, y con ello, la desestabilización de los procesos sociales, y productivos de todo el país. 

Ahora hablemos de la migración descontrolada. Pregúntate ¿Qué sucede ante la intempestiva llegada de millones de personas con los recursos públicos? Pues la respuesta, no tiene que ver con una visión sesgada de la discriminación, sino con la ruptura de los servicios de muchos Estados de la República que se vuelven disfuncionales, ante la imposibilidad de atender a grupos que son más numerosos que el total de los habitantes,

No sólo estamos hablando de la habitación, sino de cuestiones complejas, como el drenaje, la salud pública, la red eléctrica, el abasto de comestibles, la barrera lingüística y de conducta. Lo anterior, sin olvidar, que muchos migrantes no pretenden quedarse en México, sino cruzar la frontera hacia el país que siempre se mostró como la Nación donde se puede lograr todo, pero que tampoco tiene la capacidad, ni la intención de albergar una migración que no le es grata o útil, porqué no se acompaña de lo que siempre ha buscado: la supremacía en conocimientos, que les representa el potencial económico y de innovación tecnológica. Por lo tanto, tener una política soñadora de los años setenta en México, en pleno siglo XXI, donde las condiciones de vida y la modificación del quehacer humano se ha transformado, representa un problema enorme, dado que ahora, es un paisaje cotidiano en nuestro país, tener a millones de personas en estado de infrahumanidad, con carencias de todo tipo y sin nada que perder, lo cual resulta apocalíptico. 

Lo anterior, sólo fueron dos ejemplos de lo que está erosionando nuestro presente. Decía Winston Churchill: “Aunque la estrategia sea hermosa, ocasionalmente deberías ver los resultados.” Es tiempo, de que se haga política de resultados inmediatos, ya que nos hablan de logros que no se ven en nuestros hogares, casas, colonias, municipios, Estados y menos en todo el país. Ya son muchas personas, quienes perciben que se han robado el futuro. Es tiempo, de despertar.

POR SARA MORGAN
@MORGANSAREL
CONSULTORA LABORAL
DIRECTORA DE EQUITY JOB LAB

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