Los dirigentes de la oposición (PRI, PAN y PRD) se agandallaron las principales posiciones en las listas de legisladores plurinominales, quienes, sin hacer campaña a ras de suelo, tienen ya un lugar garantizado en el Congreso.
Marko Cortés, Alejandro Alito Moreno y Jesús Zambrano dirán que se lo merecen porque son los estrategas de sus respectivos partidos políticos.
Lo cierto, sin embargo, es que en algunos casos sólo son objetos decorativos, políticos de ornato, como en la campaña de su candidata presidencial, Xóchitl Gálvez, quien entre más lejos los tenga, mejor para ella.
La acompañan a uno que otro evento y sostienen reuniones eventualmente, pero no los quiere cerca.
La imagen y prestigio que cargan no son útiles para ganar una elección tan compartida como la del próximo 2 de junio.
Los tres personajes en cuestión representan lo más rancio de la política. Lo dicen quienes forman parte del cuarto de guerra de la hidalguense, en Morena y hasta en sus propios partidos.
Pero tampoco se ayudan mucho. Ganen o pierdan la Presidencia de la República o la mayoría en el Senado y la Cámara de Diputados, ellos ya están adentro.
Tendrán fuero para seguir haciendo de las suyas, como las negociaciones de Marko con el impresentable gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez.
O las que hizo recientemente con el exgobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, a quien incorporó como diputado pluri a pesar de las cuentas pendientes que tiene con la ley y sin una explicación a su militancia o a los simpatizantes de Xóchitl.
Pero el dirigente panista no es el único. Alito Moreno también ha hecho de las suyas.
De acuerdo con una fuente del Gobierno de la CDMX, a finales del año pasado, el priista intentó negociar el voto a favor de la ratificación de Ernestina Godoy a cambio de que cesaran las investigaciones en contra de su familia en Campeche.
Ofreció el respaldo de sus legisladores en el Congreso de la capital del país si retiran las denuncias que dieron pie a que investiguen a su señora madre.
Las autoridades no aceptaron y sólo dos legisladoras del tricolor (Mónica Fernández y Wesly Chantal Jiménez) apoyaron a la fiscal. Los cinco restantes votaron en contra.
Pero el gobierno central no se quedó de brazos cruzados. Apretó a Alito y al grupo de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre (acusado de trata de personas) con el arresto de dos cercanos, el exdiputado Tonatiuh González y el dirigente local del PRI, Israel Betanzos.
Los presentaron como testigos relacionados con la investigación de Gutiérrez, pero los pusieron en libertad, con las reservas del caso.
Aunque la cosa no termina ahí. El agravio contra el grupo que gobierna la CDMX tendrá consecuencias pronto. En cuestión de días, Cuauhtémoc será sentenciado por el delito de trata de personas, me aseguró la fuente consultada.
En eso derivó el acuerdo frustrado entre Moreno Cárdenas y la 4T. Eso sí, para la próxima legislatura el campechano tendrá fuero por aquello de las cochinas dudas.
En el caso del PRD, su dirigente Jesús Zambrano seguirá viviendo del presupuesto y, lo mejor, mantendrá el registro de su partido colgándose de la candidatura de Xóchitl, quien una y otra vez ha dicho: es mejor sola que mal acompañada.
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EN EL ESTADO DE MÉXICO la gobernadora Delfina Gómez ha tomado muy en serio lo del relevo generacional. Para el segundo piso de la transformación perfilan nombres como el de Carlos Zurita para diputado federal, toda vez que como regidor por Ixtapaluca hizo un trabajo notorio, como ocurrió en Tlalnepantla con Arleth Grimaldo quien también aspira a la Cámara de Diputados.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “En las negociaciones políticas, la decencia a veces es una moneda de cambio que se gasta sin remordimientos”.
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO.GONZALEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALFREDOLEZ
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