Guerrero, Michoacán, Guanajuato, Jalisco, Zacatecas, Tamaulipas, Edomex entre otros estados han acaparado los titulares noticiosos por las masacres y hechos violentos protagonizados por el crimen organizado. Pero hay un estado en el sureste que se ha convertido en un auténtico polvorín, sin que se le haya dado la atención adecuada: Chiapas.
Por su ubicación geográfica, los cárteles de la droga ven al territorio como un apetitoso botín para concretar una gran cantidad de negocios ilícitos, lo que ha llevado a una disputa que tiene como resultado muertes, violencia, éxodos y la ausencia del estado en todos sus niveles. Esto se debe a la minimización al conflicto, que beneficia a los criminales.
Desde hace semanas, la disputa entre el Cártel de Sinaloa y el Cártel de Jalisco Nueva Generación ha derivado en enfrentamientos. Caravanas de camionetas con hombres armados de uno y otro bando que desfilan con toda impunidad. Videos en redes sociales mostraron, por ejemplo, a habitantes de Chicomuselo y Buenavista haciendo valla a los vehículos del Cártel de Sinaloa hace dos semanas.
En el mes de septiembre del año pasado otro video mostraba la misma escena, pero en Frontera Comalapa. En esas fechas, hombres armados que dijeron ser “gente del Mayo Zambada” llegaron a la Comisaría de Nueva Palestina para tomar el control del poblado y la región.
La anarquía ha permitido el surgimiento de grupos locales, como el “Cártel de Chiapas” que incluso amenazó a Francisco Javier Orantes Abadía, subsecretario de Seguridad, con matar a uniformados por aparentemente extorsionar a migrantes y trabajar para el grupo de Sinaloa.
Chiapas es el emblema del fracaso económico y social del país; la entidad del sur mexicano, según datos del CONEVAL, tiene al 67.4 por ciento de su población en pobreza y al 28.2% de ellos en pobreza extrema; el estado gobernado por el morenista Rutilio Escandón, amenaza con poner en riesgo la estabilidad económica y social de todo el sur. La inversión histórica en infraestructura parece que ha beneficiado a la actividad criminal.
La entrada masiva de migrantes tampoco abona a la solución del conflicto. Sobre todo cuando han sido rehenes en numerosas ocasiones y prácticamente nadie los ha defendido.
Otro factor es la conflictiva y porosa frontera con Guatemala. Allí también surgió un grupo denominado “Cártel de Guatemala”, que incluso se ha detectado tiene operaciones en Tapachula.
Por lo tanto, la solución al conflicto que ha provocado el desplazamiento de hasta 5 mil personas tiene que ser de carácter binaconal, situación que se ve complicada. El nuevo gobierno de Bernardo Arévalo llega con una crisis de gobernabilidad que apenas le dejó asumir el cargo. Su prioridad no será la frontera.
Ojalá y sea la del presidente Andrés Manuel López Obrador, toda vez que se supone, el estado será su hogar a partir del mes de octubre, cuando se retire a su rancho en Palenque.
POR CARLOS ZÚÑIGA PÉREZ
COLABORADOR
@CARLOSZUP
MAAZ