COLUMNA INVITADA

Precampañas: cuentos de héroes y villanos

Resulta difícil, incluso parece imposible, evitar que políticos y políticas integren la llamada 'historia de bronce'

OPINIÓN

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Ignacio Anaya Minjarez / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Resulta difícil, incluso parece imposible, evitar que políticos y políticas integren la llamada 'historia de bronce' en sus discursos. Esta historia se caracteriza por presentar un pasado dividido únicamente entre 'buenos' y 'malos', ignorando de manera consciente la complejidad de los procesos históricos y de sus personajes. 

Tal visión simplista persiste, como ya mencionaba el historiador Luis González y González, debido a la utilidad que los gobiernos encuentran en ella: fomentar valores y legitimar sus mandatos. Los gobernantes aspiran a ser asociados con los 'buenos' de la historia, mientras que insertan ala oposición con los 'malos'. Una estrategia efectiva para vender discursos y ganar votos. 

Claudia Sheinbaum ofreció un ejemplo claro de esto en su discurso de cierre de precampaña en el Monumento a la Revolución: '[...] nosotros somos herederos de Hidalgo, Morelos, Leona Vicario, Josefa Ortiz de Domínguez, Benito Juárez; de los liberales mexicanos, de Madero, de Villa, de Zapata, de los Flores Magón, de Felipe Carrillo Puerto, de Elvia Carrillo Puerto, del general Lázaro Cárdenas, del general Mújica, de Felipe Ángeles, de las Adelitas, de las sufragistas, de los estudiantes de 1968'.

Así, menciona a muchos personajes históricos generalmente bien vistos en los libros de historia oficial. Se percibe una necesidad de clasificarlos como 'los buenos' y, sobre todo, de identificarse con dicho grupo para que los valores y aspectos positivos de aquel pasado se reflejen en el gobierno actual. La historia se transforma en una sucesión de héroes, y todos quieren ser los protagonistas contemporáneos de esas narrativas que ellos mismos construyen.

Por otro lado, están 'los malos', aquellos que han atentado y siguen atentando contra la nación. No podían faltar en el discurso de la precandidata: 'Ellos son herederos de Iturbide, de Santa Anna, de Porfirio Díaz y de otros neoliberales que no vale la pena mencionar'. Así, desde la perspectiva del poder y de Sheinbaum, las elecciones actuales no son solo una contienda por la presidencia; representan la continuación de una lucha eterna entre el bien y el mal en la historia de México.

La historia se convierte en una herramienta que explota las limitaciones de una narrativa histórica simplificada. Esta ficciónse moldea como un conjunto de esculturas de bronce, inmutables y simplistas, divididas entre héroes y villanos. Quien desee observar el pasado de manera tan polarizada puede hacerlo; nada impide al ser humano disfrutar de historias fantásticas. Los políticos, independientemente de su partido, lo saben muy bien.

POR IGNACIO ANAYA

COLABORADOR

@Ignaciominj

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