Ya argumentaba en otra columna que hay personas que aunque digan que no son políticos, todos participamos, de alguna manera en ese engranaje público.
Pues bien, hay otras personas que van más allá y pretenden llevar las causas en las que creen a una posición específica, tal vez una diputación, alcaldía o regiduría y aquí, como ciudadano o ciudadana, empieza el verdadero reto.
Por un lado, ni hablamos del sistema existente para participar como independiente, por ejemplo, para ser Presidente, se requiere como un millón de firmas, lo que representa una tarea titánica y muy costosa. Por lo que si uno quiere "entrarle" a la política, si o si, el camino son los partidos políticos.
Bien, ya enfocados en participar a través de un partido, habrá que acercarse literalmente a tocar puertas y esperar encontrar eco en algún lado, para construir vínculos.
Ahora, antes que eso les diría que, para acercarse y que los volteen a ver, primero deben ser, no sólo un ciudadano o ciudadana, sino alguien "competitivo", que pueda aportar algo, tal vez por haber promovido una causa legítima, en presencia, conocimientos, habilidades. Para construir esta parte, contabilicen también los recursos necesarios.
¡Lo has logrado! ya eres "algo" competitivo y te voltearon a ver. Viene ahora el momento del inicio de la campaña en la que quieres participar.
Recordemos que, al interior de los partidos, existen reglamentos que los gobiernan y, más aún, establecen la forma en la que pueden elegir a sus candidatos. Si, por ejemplo, esa asociación decide que la selección sea a través del voto de su militancia, entonces, tendrás que saber ¿quién es la militancia? y tratar de acercarte a ella para que conozcan tu proyecto y te voten. Súmale aquí también el tiempo, dinero y esfuerzo.
Si la opción del partido es que la selección será por designación, pues tienes como posibilidad que tu "competitividad" sea lo suficientemente importante y que hayas sensibilizado a las puertas adecuadas.
Como ven, se trata de realizar un trabajo que así, se asoma casi imposible, tanto para demostrar competitividad, como para poder ser considerado, no obstante, ¡tengo buenas noticias! Estoy convencido que existe un elemento fundamental en esta ecuación, muchas veces olvidado, que va a potencializar todo lo anterior: ¡la fuerza ciudadana!
Sí, sin desatender los pasos que ya mencioné, el verdadero motor que impulsará cualquier esfuerzo de participar en la política, es la ciudadanía. Si trabajas en favor de ese motor, de manera honesta, clara y constante, de ahí, de forma natural, surgirán los elementos necesarios y, llegado el momento, será ese mismo motor el que vaya a las urnas a respaldar el proyecto.
Entonces, sin dejar de reconocer el papel de los partidos políticos, a dónde debe voltear con mayor ahínco la persona que quiera participar en la política, ¿a los partidos o a la ciudadanía? ¿Usted qué opina?
POR JOSÉ LUIS AYOUB
COLABORADOR
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@jlayoub
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