COLUMNA INVITADA

¿Reconstruyendo la confianza?

El consenso en Davos fue claro: estamos inmersos en una era de transformación, pero la divergencia de opiniones para enfrentar desafíos marcó las discusiones

OPINIÓN

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Emilio Suárez Licona / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El Foro Económico Mundial en Davos se convierte cada año en el epicentro de reflexiones y discusiones sobre los desafíos que enfrenta el mundo. 

Este año, el evento no fue la excepción, y la agenda estuvo marcada tanto por la presencia de 2,500 líderes de Estado como por el complejo escenario geopolítico que no vivíamos desde hace décadas.

En ese marco, el consenso en Davos fue claro: estamos inmersos en una era de transformación. Sin embargo, la divergencia de opiniones sobre la mejor manera de enfrentar estos desafíos marcó el tono de las discusiones. 

Por un lado, el presidente argentino, atrajo la atención con propuestas radicales que abogaban por desmantelar servicios públicos y adoptar el mercado como única solución.

Mientras que por el otro, líderes como Pedro Sánchez y Emmanuel Macron sostuvieron un enfoque más equilibrado, resaltando la importancia de la participación tanto del sector público como del privado, especialmente en lo relativo a tecnologías clave y en la lucha contra el cambio climático.

En cuanto a la situación económica a nivel mundial, la incertidumbre persistió debido a conflictos tales como la guerra entre Rusia y Ucrania, las tensiones en Oriente Medio y los ataques en el mar Rojo; los cuales han generado dudas entre algunos críticos acerca de la verdadera eficacia del foro.

En este contexto, la llamada a “reconstruir la confianza” se enfrenta a la dura realidad de divisiones geopolíticas cada vez más profundas. Aunque algunos líderes empresariales y sociales señalan avances en el diálogo, la crítica sobre la efectividad de las reuniones continúa. 

No obstante, a pesar de ello, no cabe duda que este evento ha sido testigo de hitos históricos.

Por otra parte, la Inteligencia Artificial, un tema central en Davos, se presentó como una herramienta de doble filo. 

Si bien promete acelerar el progreso científico y mejorar la productividad, también plantea riesgos significativos, desde la pérdida de empleos hasta desafíos éticos y de privacidad.

Asimismo, el cambio climático, catalogado como una crisis existencial, emergió como un tema que requiere medidas urgentes. 

Las discusiones en Davos destacaron la necesidad de una transición justa hacia sistemas energéticos sostenibles, pero también subrayaron la importancia de la cooperación global y la financiación para asegurar una transformación equitativa.

En este contexto, el Foro Económico Mundial en Davos refleja la complejidad de nuestro tiempo, donde las proyecciones económicas inciertas, la urgencia de abordar desafíos críticos y la necesidad de colaboración global marcan la pauta.

El mundo se encuentra en un claro punto de inflexión –las próximas elecciones a nivel global serán ejemplo de ello. Por lo que la forma en que respondamos a estos desafíos determinará el rumbo de la historia. Davos puede no tener todas las respuestas, pero su importancia radica en mantener viva la conversación global, a pesar de hallarse en medio de un panorama por demás convulso.

POR EMILIO SUÁREZ LICONA

CONSULTOR Y PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD

PANAMERICANA / @EMILIOSL

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