El dirigente nacional del Partido Acción Nacional, Marko Cortés, siempre ha sido, y así lo hemos opinado en esta columna, un personaje gris, con demasiadas limitaciones.
Sus días están contados al frente del PAN, debería renunciar por dignidad al premio de llegar al Senado de la República por la vía plurinominal. Su torpeza quedó de manifiesto al publicar el acuerdo que realizó con el PRI en Coahuila.
Marko todavía tiene la desfachatez y el cinismo de defender su pacto con el PRI, tras asegurar que en toda democracia es de lo más normal que se realicen acuerdos políticos. También es anormal que, en plena campaña de la abanderada Xóchitl Gálvez, salga Cortés a reclamar acuerdos inconfesables.
Desde luego que debe existir transparencia en los acuerdos entre partidos, por eso lo que se dio a conocer es inaceptable, no solamente desde el punto de vista político, sino desde la parte ética.
Seguramente él esta acostumbrado a negociar puestos, entre ellos Secretarías o, incluso, como quedó en evidencia con las publicaciones en sus redes sociales, hasta notarias.
A la mejor el dirigente blanquiazul quería una notaria para un familiar o amigo, alguien le debería de explicar que para llegar a ser notario público se requiere de un examen de oposición y para cualquier otro cargo público se deben de elegir a las personas más preparadas.
Con todo esto, queda demostrado que el dirigente del PAN es además de cínico, bastante torpe e imprudente. Aún así el frente opositor tiene en Xóchitl Gálvez una candidata con capacidad de competir, a pesar de la ineptitud y pésima operación política de Marko Cortés.
Todo este escándalo afecta a la candidata del frente, ya que el dirigente panista al declarar que la política debe ser transparente a la luz del día y a la vista de todos, y que en toda democracia en el mundo lo más normal es que se realicen acuerdos políticos y lo deseable es que se cumplan, no solo queda como un vulgar tramposo y corrupto, sino también como un verdadero tonto.
Lo que también resulta normal, es que los mismos panistas, entre ellos, Juan José Rodríguez Prats, pidan la renuncia de su líder, ya que hoy es un lastre para la campaña presidencial de Xóchitl Gálvez.
Carece de toda autoridad moral para llevar a cabo negociaciones, además de que resulta alarmante que su capacidad mental le haya orillado a publicar un acuerdo inconfesable. Marko es hoy un político desprestigiado, con quien nadie se quiere sentar a negociar ni siquiera la cuenta del desayuno. El exgobernador de Querétaro, Francisco Domínguez Servién, tiene razón en calificar al líder panista como un verdadero tonto, pues no se justifica bajo ninguna óptica la petición de notarias en el estado de Coahuila.
Alguna vez dijo Xóchitl Gálvez que no quería a su alrededor ni pendejos, ni huevones, ni rateros, pues ya se esta tardando en pedir en forma clara y contundente la salida del líder panista.
Cuánto tiempo tenemos que esperar para que sean erradicados en forma definitiva de la política este tipo de personajes que tanto daño le hacen al país, en donde es claro que antes que velar por los intereses de los ciudadanos, ven únicamente por acrecentar privilegios y prebendas.
¿Por qué tendrían los mexicanos que pagar seis años más el sueldo de un senador inepto, tramposo y cínico?
POR EDUARDO MACÍAS GARRIDO
COLABORADOR
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MAAZ