EL DEDO EN LA LLAGA

La degradación de la política

Quienes deberían ser ejemplo de congruencia y moralidad, cambian de bando político a conveniencia, olvidan lealtades y principios

OPINIÓN

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Adriana Delgado / El Dedo en la Llaga / El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto”, solía decir, sin fallas en su lógica, el científico y escritor alemán, Georg C. Lichtenberg. Reflexión muy demostrada en un país donde el civismo está cada vez más extraviado, mientras su clase política parece tomar como un credo la frase clásica de que “la moral es un árbol que da moras”, como decía Gonzalo N. Santos. 

Quienes deberían ser ejemplo de congruencia y moralidad, cambian de bando político a conveniencia, olvidan lealtades y principios, traicionan y debilitan la cultura de la legalidad, y aun así piden cínicamente el voto para gobernar.

El escandaloso reclamo del dirigente panista, Marko Cortés, al gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez Salinas, por incumplir los compromisos pactados en la alianza que lo puso en el Palacio de Gobierno, no sólo develó cómo se da el obsceno reparto de cotos de poder en el gabinete, sino también cómo violan la división de poderes estatales, comprometiendo magistraturas, y se reparten negocios jugosos como las notarías públicas.

Cuando un político ya no obtiene beneficios en su partido político, simplemente se cambia al contrario. Total, “éstos son mis principios, pero si no le gustan, tengo otros”, dice la célebre frase atribuida al humorista a Groucho Marx. 

En 2018, el exgobernador mexiquense, Eruviel Ávila, no tuvo cortapisa alguna en afirmar que Claudia Sheinbaum “es una mujer que respeto por ser mujer, pero no está capacitada para servir a esta gran Ciudad de México”. Cinco años después, sólo atinó a justificar: “He de decir que fue un comentario que, la verdad, fue a la ligera porque pues la verdad no conocía a la doctora Sheinbaum y la verdad que me ha sorprendido como a miles y millones de mexicanos”. ¿Cómo creer en quien como dice una cosa, dice otra? 

“Hoy tenemos la Corte más partidizada de la historia de México”, es una frase que estuvo en el panorama noticioso hace pocas semanas. ¿La paradoja? Que la dijo el exministro de la Suprema Corte que renunció para dar paso a la designación de una nueva ministra que había admitido ante el Senado su afinidad con el ideario político del Presidente y se planteó como objetivo reencauzar a la SCJN a una restructura similar a la que busca el mandatario. ¿Uso de la interpretación de la Constitución para que un Poder interfiera con otro? 

Las incongruencias políticas no sólo permean en las cúpulas. En las calles, policías locales que no asumen su función de proteger a la ciudadanía, ya sea porque sus mandos están corrompidos y asociados con el crimen organizado o porque los gobernantes no asumen la responsabilidad y el costo político y presupuestal de ponerse a trabajar. 

Sí, hace falta someter a la política a una profunda transformación moral, ética y democrática.

POR ADRIANA DELGADO RUIZ

COLABORADORA

ADRIANAD16@YAHOO.COM.MX   / @ADRIDELGADORUIZ

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