CAMPUS

El prompter

El discurso de cierre de la precampaña de Xóchitl ha dado mucho de que hablar

OPINIÓN

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Alejandro Echegaray / Campus / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El discurso de cierre de la precampaña de Xóchitl ha dado mucho de que hablar. “Lo escribió un genio, alguien que conoce las audiencias”, escuché de manera reciente. Además de los elogios hacia el discurso y su autor, me llamaron poderosamente la atención las reacciones tan encendidas sobre el uso de los apuntadores por parte la comentocracia y las cuadrillas digitales que simpatizan con el régimen.  

El uso del prompter es generalizado. La mayoría de los líderes globales, industriales y capitanes de empresas lo utiliza de manera cotidiana. Es convencional que sus intervenciones sean planeadas con días y semanas de antelación, generalmente basadas en investigaciones de gabinete y en campo.

Partes de las alocuciones son probadas en grupos de enfoque o se utilizan herramientas de escucha digital. Quienes pronuncian discursos entrenan con directores de escena, especialistas en dicción y lenguaje no verbal. Lo único que denota el uso del apuntador es dedicación, planeación y profesionalismo. Pero en México, las audiencias que militan en el oficialismo las rechazan, persiste la idea de que la improvisación es superior.  

Otro fenómeno que se ha acendrado de manera reciente es el de figuras públicas que aspiran a puestos en el servicio público o de elección popular y que bajo el escrutinio ciudadano resulta que plagiaron desde su examen de ingreso al jardín de niños hasta sus tesis doctorales.

Varios cuentan con dos o tres doctorados. Lo que muestra que los posgrados son codiciados y reconocidos socialmente. Pero solo como un indicador social, de estatus, pero el compromiso de años de trabajo y dedicación es descartado a priori. 

Desde profesoras universitarias hasta ministras de la suprema corte de justicia, pasando por fiscales o candidatas han aparecido un numero inusual de plagiadores. No importa si se formaron en Princeton o en las universidades del Bienestar. Este fenómeno que por supuesto no es reciente, si se ha normalizado en el obradorato donde el plagio se puede dispensar si es perpetuado por un ciervo de la nación.  

Pero de las herencias más perniciosas del populismo obradorista será la erradicación del mérito como la herramienta individual más poderosa para progresar y escalar peldaños sociales. Esto afectará de manera especial a los que se incorporan a la vida universitaria o profesional con la idea de que el sistema juega en contra suya y que no hay esfuerzo o sacrificio que valga para prosperar. Si triunfa la idea de que el camino hacia la prosperidad se puede dar solo como sicario o siervo de la nación, el país y todos los mexicanos perdemos.   

El desdén del obradorismo por la Ley y el esfuerzo van de la mano. Regresar al mérito como motor de crecimiento personal será una de las tareas más relevantes en el proceso de reconstrucción nacional que se avecina de manera inexorable.  

POR ALEJANDRO ECHEGARAY

CONSULTOR

@AECHEGARAY1

MAAZ