MALOS MODOS

Arranque de intercampaña con himno a capela

Un poco para no perderse un momento histórico, un punto de inflexión en la historia patria

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Un poco para no perderse un momento histórico, un punto de inflexión en la historia patria, y un mucho por solidaridad y conciencia revolucionarias, el Doctor Patán se lanzó al cierre de pre intercampaña –creo que es el término correcto– de la compañera Claudia.

Debo confesar que, pese al fuego transformador del discurso, una promesa de que esa mujer, a la que su doctor de cabecera aspira a llamar “mi antecesora” en un futuro no muy lejano (#DoctorPatan2030), terminará de arrasar con la democracia liberal e instaurar lo que los neoliberales llaman injustamente “autoritarismo”, dormité.

No me lo tomen a mal. Soy tan partidario de la democracia iliberal como el que más. Lo que pasa es que la voz de la compañera Claudia tiene, ya saben, esa cualidad hipnótica. Súmenle que tuve una comida de chamba con varios tequilas, y entenderán que me haya perdido una parte considerable de esa pieza inigualable de oratoria rebelde.

La cosa es que en eso estaba, en una especie de duermevela que no lograron interrumpir ni las multitudes que atascaron el Monumento a la Revolución, ni el hecho de que su doctor estaba de pie entre ellas, como Zaldívar, cuando un sonido atroz, terrorífico, atacó, más que a mis oídos, a mi sistema nervioso.

Tenía algo de los monos cuando alertan de un depredador y otro poco de mi secundaria, cuando El Mandarino Fernández, orgullo de Albacete y líder autonombrado de la defensa, llevaba 80 minutos de gritar como loco para que bajáramos a marcar y, en consecuencia, la garganta en piel viva.

En fin, que era un sonido francamente doloroso que, imaginarán, se debió a la interpretación del himno que hicieron dos compañeras muy admiradas y muy apreciadas, Eugenia León y Regina Orozco, que, debo decirlo, no estuvieron que digamos en un momento prime.

Hubo varios problemas, de modo que, si me permiten, uso esta tribuna democrática para invitar a la compañera Claudia a corregirlos en ocasiones futuras. Primer problema: el ímpetu de mi Regina como que descolocó a Eugenia. Faltó coordinación, hay que decirlo; sintonía.

El aprendizaje es que el entusiasmo revolucionario está bien, pero está todavía mejor con unos ensayos en la semana previa. Luego están los titubeos con la letra. Sé que esto me puede significar la excomunión, pero a lo mejor lo del prompter no es tan mala idea. Sobre todo, hay que considerar el acompañamiento instrumental. La onda de lanzarse a capela, onda Aretha Franklin, no es para cualquiera. Esto nos evitará un aluvión de memes como el de los últimos días.

Por supuesto, otra posibilidad es que el himno lo interprete, en adelante, una banda militar. Eso no garantiza que el asunto se distinga por la afinación, la entonación y esas cosas, pero a ver quién se atreve a burlarse de la tropa. Nada para orientar a la crítica como un fusil Xiuhcóatl.

POR JULIO PATÁN

COLABORADOR

@JULIOPATAN09

MAAZ