La baja natalidad en el mundo sigue su marcha de manera alarmante, sobre todo, para los países del llamado primer mundo, que ya muestran signos importantes de falta de mano de obra joven que pueda sostener a las cada vez más grandes poblaciones de jubilados, o sea la sociedad envejecida.
China es un ejemplo de ello; después de más de 60 años de un fuerte crecimiento, su población se contrajo en 2023 por segundo año consecutivo, según datos oficiales, que muestran una aceleración de la crisis demográfica que actualmente vive el país asiático.
La Oficina Nacional de Estadística de China informó que a finales de 2023, la población nacional era de un millón 409 mil 67 millones, lo que representa una reducción de 2.08 millones, respecto a la cifra registrada a finales de 2022, pese a que el gigante asiático terminó con su política del hijo único hace ocho años.
Podríamos decir que las causas que se vinculan a este descenso de la natalidad china tienen que ver con el distanciamiento de los jóvenes al matrimonio, los altos costos de la educación, el costo de criar hijos, así como la integración de la mujer en los ámbitos laboral y educativo. Por cierto, ya no es el país más poblado del mundo, ahora es India.
Otro caso alarmante es Francia, donde el número de nacimientos descendió en 6.6 por ciento en 2023, comparado al año anterior, y representa la cifra más baja desde el final de la Segunda Guerra Mundial. La disminución se debe a la caída de fecundidad en 1.68 hijos el año pasado, frente a 1.79 en 2022. Las mujeres jóvenes, entre 20 y 40 años, han disminuido y las que permanecen viviendo en el país, no tienen previsto tener hijos.
La baja en la fecundidad mundial se debe a la falta de planificación familiar, las guerras y la incertidumbre económica. Los que mencionamos son sólo dos ejemplos de esa crisis, pero prácticamente toda Europa sufre del mismo padecimiento. Alemania recorrió América Latina, incluido México, buscando mano de obra calificada para cubrir sus vacantes.
No se diga en Asia: A excepción de India, todas las naciones de esa región enfrentan una baja de natalidad, países como Japón han implementado programas millonarios para frenar esa tendencia, pero es un esfuerzo con resultados de mediano y largo plazo.
Los gobernantes de los países afectados han intentado revertir este problema. Uno de ellos el de Corea del Norte, Kim Jong-Un, quien ha recurrido hasta las lágrimas para pedir a su población que tenga hijos, pero sin darse cuenta el nivel de represión bajo el que tiene sometida a su población. Casi todos los recursos de ese país se emplean en desarrollo bélico.
En un estudio, publicado en la revista Human Reproduction Update, se indicó que la mayoría de las naciones no alcanzarán la tasa de fertilidad de reemplazo de 2.1 hijos por mujer. Este fenómeno dejará a los países con un número insuficiente de jóvenes para sostener la fuerza laboral y los servicios públicos, intensificando el envejecimiento poblacional.
Ya hay una advertencia global por parte de la Federación Internacional de Sociedades de Fertilidad, que ha señalado que 93 por ciento de los países podrían enfrentar una crisis de ‘subpoblación’ para finales del siglo XXI; es decir, la tasa de fertilidad global está disminuyendo, y con ello surgirán implicaciones significativas para las economías y sistemas sociales si la tendencia continúa.
POR ISRAEL LÓPEZ GUTIÉRREZ
COLABORADOR
ISRAEL.LOPEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
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