La propagación de conflicto en Europa, Medio Oriente y ahora eventos en Asia están definiendo el escenario de lo que parece ser una serie de guerras con efectos globales. Todo confirmaría que estamos en los albores de la Tercera Guerra Mundial.
La semana pasada, una fuerza aeronaval conjunta de Estados Unidos y Reino Unido, apoyados por Canadá, Holanda y Bahréin, lanzaron más de 100 misiles hacia blancos en 60 sitios en el norte de Yemen. Los ataques fueron en respuesta a las acciones de las fuerzas Hutíes que se encuentran en control del norte de ese país. El grupo insurgente está apoyado por Irán, que suministra misiles y drones de largo alcance.
Durante muchos años, los Hutíes lanzaron misiles hacia blancos en Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, ocasionando que dichos países llevaran a cabo una campaña militar para restaurar al gobierno yemení en 2015. El plan, llamado Operación Tormenta Decisiva, que después se convirtió en Operación Restaurar Esperanza, fue liderado por Arabia Saudita y compuesta por EAU, Bahréin, Sudán, Kuwait, Egipto, Marruecos, Jordania y Senegal, apoyados por mercenarios –incluyendo exfuerzas especiales colombianas–, pero no ha obtenido resultados deseados.
Desde octubre de 2023, los Hutíes dirigieron sus ataques en contra de Israel, lanzando misiles y drones. Al no lograr efectos significativos –pues eran derribados por las defensas antiaéreas israelitas y occidentales– en noviembre reenfocaron sus agresiones en contra de la navegación comercial en el Mar Rojo.
El grupo insurgente anunció que agredería navíos israelitas o cuyos propietarios fueran judíos. Según fuentes de la compañía de inteligencia Janes, los Hutíes no discriminaron: atacaron barcos mercantes de compañías alemanas, sudcoreanas, chinas, taiwanesas, japonesas, noruegas, belgas, británicas, francesas, suizas y danesas.
Estos ataques ponen en riesgo a 12% del comercio marítimo internacional, incluyendo la tercera parte del comercio de contenedores, afectando directamente la economía mundial y el suministro de energía para Europa, que ha reemplazado una parte de su importación de gas ruso por el Qatarí.
En Taiwán, que ha estado asediada por China, la población reeligió al Partido Democrático Progresivo, que ha rechazado las propuestas de reunificación chinas. Esto detonó en una advertencia de China que anunció que continuará su proceso de reunificación. Beijing estará en condiciones de invadir la isla en los próximos años, por lo que Taipéi ha incrementado su presupuesto de defensa.
Hasta este momento, una confrontación entre el gigante asiático y Taiwán en los próximos años parece inevitable, algo que Estados Unidos, Japón, Filipinas, Vietnam, Australia e India ven preocupantemente como un conflicto que se podría hacer regional, pues cada uno de ellos considera a China como su principal amenaza.
Desafortunadamente, México estará en una posición muy similar a la que estuvo en los albores de la Segunda Guerra Mundial: viendo sólo hacia adentro y muy poco preparado para proteger sus fronteras, sus recursos y sus intereses.
POR IÑIGO GUEVARA MOYANO
DIRECTOR DE LA COMPAÑÍA DE INTELIGENCIA JANES Y ACADÉMICO VISITANTE DEL ATLANTIC COUNCIL, EN WASHINGTON, D.C.
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