TRES EN RAYA

La Cúspide del descaro

Este asunto muestra muchas caras, todas reprobables. Es fundamental dejar constancia de ello. La gravedad de lo que ha ocurrido lo amerita

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Ni la burla perdonan. El nuevo fiscal de la Ciudad de México —y de Morena (ya vimos que dicha fiscalía es un apéndice del gobierno morenista)— obtuvo en un santiamén su título del ‘Centro Universitario Cúspide de México’. Ello para poder cumplir con el requisito de ser licenciado en derecho que exige el puesto que ahora ocupa.

Este asunto muestra muchas caras, todas reprobables. Es fundamental dejar constancia de ello. La gravedad de lo que ha ocurrido lo amerita.

Primero: en la 4t, federal y local, estaban seguros de que Ernestina Godoy iba a ser ratificada. Esto llama poderosamente la atención, pues indica que el gobierno ha perdido todo sentido de respeto por la ley.

Segundo: de paso muestra también lo que este régimen es capaz de hacer. Querer ratificar a una fiscal que cometió delitos, pues mantener a una persona privada de su libertad ilegalmente por más de 500 días debería ser un escándalo dentro de México —también en el extranjero—, particularmente cuando lo ha llevado a cabo un régimen que habla de transformación.

Tercero: para este gobierno los estudios NO importan. No se pide capacidad alguna y la deshonestidad desborda el 100%. Una persona honesta no debería ocupar un puesto para el cual no está capacitada. Punto.

Cuarto: hay un doble rasero. Lo que hizo el nuevo fiscal es una bofetada para todo aquel que haya tenido que pasar por el proceso de titulación (años de estudio y, luego, adicionalmente, las gestiones burocráticas requeridas). Para el señor Ulises Lara, la lenta maquinaria burocrática se aceitó para cumplir todas las formalidades requeridas en un solo día.

En pocas palabras, los títulos se otorgan de forma expedita si formas parte o estás de alguna manera ligado a la 4t. Lo único que fue necesario era ser amigo de los dueños de la universidad y amigo de la maestra Leticia Ramírez (titular de la SEP) para que en menos de 24 horas contara con título y cédula profesional registrada ante la Secretaría de Educación Pública. No es peccata minuta la obtención de un título al vapor.

Quinto: factor lastimoso para algunos de los propios morenistas y demás cuatroteístas. ¿No existen legítimos y buenos abogados en Morena que puedan hacerse cargo de la fiscalía de la CDMX? Los hay, solo que no se les tomó en cuenta.

Sexto: la autonomía no se respeta. La fiscalía de la CDMX debe y siempre debió ser independiente de los ejecutivos local y federal. Contar con un fiscal que no solo tenga pleno conocimiento del derecho (para evitar a toda costa que las averiguaciones previas realizadas por los ministerios públicos sean deficientes), sino que su responsabilidad la ejerza de manera autónoma y en concordancia con la normatividad.

Séptimo: apoyo injustificado el que la precandidata puntera a la Presidencia de la República les ha extendido a Ernestina Godoy y también a Ulises Lara. Anuncia la intención de la abanderada de corromper y permitir la corrupción. Y lo que es peor: de pisotear el Estado de derecho en nuestro país, pues no se olvide que una buena procuración de justicia nace del adecuado proceder de un fiscal.

Ulises Lara detenta hoy una de las responsabilidades más grandes del país, no solo de la CDMX. Pero en la Cúspide del descaro, lo que a Morena preocupa y ocupa es controlar el cargo.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN

COLABORADORA

VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM  

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