ENVÍO DIPLOMÁTICO

Reunión diplomática, cita anual

Las personas participantes cubren de su peculio el viaje a México y acaso los hay que extienden sus vacaciones de fin de año, cuando no hacen el viaje a propósito

OPINIÓN

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ASEM / Envío diplomático / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Del 8 al 12 de enero tuvo lugar la XXV Reunión de Embajadores y Cónsules, encuentro anual de las y los titulares de las representaciones de México en el exterior. Cita establecida por el canciller Fernando Solana y que de manera ininterrumpida tiene lugar en los primeros días de enero de cada año, permite una evaluación de lo sucedido el año anterior y los planes para el que inicia. 

Las personas participantes cubren de su peculio el viaje a México y acaso los hay que extienden sus vacaciones de fin de año, cuando no hacen el viaje a propósito. 

Sin duda, cada encuentro está marcado por la personalidad del titular de Relaciones Exteriores en turno y los contenidos giran alrededor de los objetivos del Plan de Desarrollo en vigor y la estrategia internacional del Ejecutivo. 

Si bien cada gestión procura su impronta hay dos factores al menos que dan formas propias a la reunión. Primeramente, los compromisos de México hacia el sistema internacional, tanto en acciones multilaterales mayormente en el marco de las Naciones Unidas, como en el desarrollo de las relaciones entre naciones. 

Por otra parte, la existencia de un cuerpo permanente del Estado, el Servicio Exterior Mexicano, cuya permanencia da continuidad al seguimiento de temas de interés nacional y de compromisos estatales que trascienden los tiempos políticos de una gestión determinada.

Este último convive con el grupo temporal de designados políticos por el Ejecutivo; la reunión permite la integración de acciones y objetivos en el conjunto de titulares. Parece obvio, pero es necesario resaltar la particularidad de una parte sustantiva del gobierno mexicano; a diferencia del resto de la administración pública, la gestión diplomática se da fuera del territorio nacional, en otros idiomas, climas, husos horarios y culturas. 

La convención de Viena en materia diplomática estructura las relaciones entre los Estados y si bien norma la práctica, en la realidad se viven a diario circunstancias específicas que demandan acciones específicas: desastres naturales, guerras, inestabilidad política, desarrollos transnacionales como la ciencia, el crimen o el cambio climático. Y a todo ello hay que atender a partir de sus especificidades, lo que demanda flexibilidad incluso presupuestal.

Por ello, México estructura su acción internacional a partir de sus principios constitucionales de política exterior, como patrón para sus relaciones con otros Estados.

La REC, como es conocida internamente, permitió por primera vez en estos años, una real integración temática que fortalece una comprensión global de los retos que enfrentamos. 

Este año se anuncia como parte de una acelerada transición de indefinidas consecuencias. Existen más de 50 conflictos activos en el mundo, algunos de ellos mediáticamente visibles y que amenazan con extenderse; el cambio climático provoca ya efectos que extreman desigualdad y vulnerabilidad; la Inteligencia Artificial podría exacerbar temas como el propio crimen organizado antes de que pueda ser regulado y devenir en instrumento para el desarrollo; elecciones en la mayor parte del mundo anuncian transiciones políticas y consecuencias tanto positivas como negativas. En fin, un año que pondrá a prueba al sistema internacional y a nuestra diplomacia.

Por ello ha sido relevante el liderazgo que la Secretaria Bárcena ha mostrado en esta REC. Reordenar nuestra diplomacia es dar rumbo a la presencia internacional en este cierre de sexenio.

POR ASOCIACIÓN DEL SERVICIO EXTERIOR MEXICANO A.C.

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