TODOS SOMOS MÉXICO

El ejemplo de la No Violencia

El ejemplo de Martin Luther King es útil como referencia porque supo mantener la serenidad y contener sus emociones y las de sus seguidores

OPINIÓN

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Mauricio Farah / Todos Somos México / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Martin Luther King, luego de Mahatma Gandhi y al lado de Nelson Mandela, es uno de los apóstoles más representativos de la No Violencia, principio que aplicaron en su lucha por la libertad, la igualdad, la no discriminación y la no segregación, así como por el reconocimiento y el respeto a los derechos de un pueblo o de un grupo racial. De los tres, sólo Nelson Mandela murió en su cama; Gandhi y King fueron víctimas de la violencia, a la que nunca recurrieron en el ejercicio de sus liderazgos.

Hoy Martin Luther King habría cumplido 95 años, edad que por cierto sí alcanzó Nelson Mandela. Lejos de ello, el luchador por los derechos civiles de los negros nacido en Atlanta fue asesinado cuando contaba con 39 años.

Durante sus dos décadas como activista, Martin fue víctima de diversas acciones violentas: cuando contaba con 27 años fue arrestado y encarcelado, estalló una bomba en su casa y recibió amenazas contra él y su familia por su activismo en favor de Rosa Park, la mujer llevada a juicio por no ceder el asiento en el autobús a un hombre blanco. Dos años después, una mujer negra hirió a King con un abrecartas en el cuello.

Frecuentemente tuvo que impedir que sus propios compañeros de lucha se decantaran por la violencia. En la década de los 60, por ejemplo, la lentitud de las reformas aumentaba la impaciencia de la comunidad negra, que demandaba cambios rápidos y urgentes, incluso mediante llamados al odio y la venganza.

King se resistía a ceder a estas presiones al tiempo que luchaba por la no discriminación y en contra de la segregación, y por el reconocimiento de los derechos laborales, legales y sociales de los negros, lo que finalmente se consiguió, luego de muchas batallas pacíficas y gracias al equilibro que logró darle al movimiento para que no incurriera en lo que censuraba.

Esta evocación será oportuna siempre, pero especialmente ahora, cuando estamos a menos de cinco meses de las elecciones y debemos tener presente que en los dos procesos electorales recientes, en 2018 y 2021, se han registrado decenas de ataques, muchos mortales, contra aspirantes o candidatos a cargos de elección popular, así como contra otros participantes de esos procesos.

El ejemplo de Martin Luther King es útil como referencia porque supo mantener la serenidad y contener sus emociones y las de sus seguidores con la convicción de que la única ruta válida era la paz. Si fue posible en sus circunstancias extremas, cuánto más posible será que las personas y organizaciones políticas se sobrepongan a las tensiones de la competencia electoral y ofrezcan al país campañas y discursos de competencia leal, sin descalificaciones ni agresiones y con un rechazo explícito, público y permanente a la violencia.

Por eso a lo largo de la contienda todas y todos, candidatas y candidatos, partidos, militantes y ciudadanía en general tenemos que pensar primero en México y hacer un frente común ante la violencia esforzándonos por ser, cada una y cada uno, sin renunciar a nuestras convicciones ni negar nuestras diferencias, factores de un unidad, tolerancia y mesura en bien del país.

POR MAURICIO FARAH
@MFARAHG
ESPECIALISTA EN DERECHOS HUMANOS

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