DES... PROPÓSITOS

El preocupante cambio climático

Nuevamente ecologistas representantes de casi 200 países se reunieron en la “Conferencia de las Partes”- COP 28

OPINIÓN

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Agustín García Villa / Des... Propósitos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Nuevamente ecologistas representantes de casi 200 países se reunieron en la “Conferencia de las Partes”- COP 28- de las Naciones Unidas, en busca de acuerdos que permitan avizorar un mejor futuro ambiental para el planeta. Los resultados del encuentro, como ha sucedido en las más de 30 de su tipo celebradas desde los años 90, han sido, para unos, históricos, para otros, poco efectivos, pues no son obligatorias y, para otros, solo encuentros para que líderes políticos se luzcan proponiendo, las más de las veces, soluciones inasequibles para resolver los problemas de nuestro medio ambiente y el futuro de la  vida planetaria.  

La COP 28, celebrada a principios del mes de diciembre pasado, en la ciudad de Dubái, Emiratos Árabes Unidos-EAU-, que destaca por su modernidad y por haber sido construida en pleno desierto, logró, por primera vez en la historia de las COPs,  que en la declaratoria final se enunciara la transición de combustibles fósiles, principales generadores de dióxido de carbono-CO2- hacia el empleo de energías limpias, además de recomendar  triplicar la capacidad instalada de energía renovable y duplicar la eficiencia energética para el 2030.

No deja de llamar la atención que haya sido en una ciudad erigida gracias a la gran derrama de recursos obtenidos por las cuantiosas exportaciones de petróleo y sus derivados donde se haya suscrito este acuerdo.

Si bien la reducción paulatina de combustibles fósiles en favor de energías limpias se ha considerado como un avance “histórico” para el mejoramiento del medio ambiente terráqueo, dicho enunciado, lamentablemente, queda a criterio de cada país sin tener ningún grado de coerción, y, por lo tanto, no es acompañado de programas específicos que incluyan, entre otros aspectos, una calendarización de metas y el compromiso de presupuestos específicos para su consecución.

Pese a los acuerdos asumidos desde la COP 21, llevada a cabo en la ciudad de París, en 2015, en que la mayoría de los participantes se comprometió a neutralizar sus emisiones de CO2 hacia el año 2050 con la meta de estabilizar el incremento de la temperatura mundial en 1.5ºC hacia el final del presente siglo, ésta sigue en ascenso, y de continuar podría traducirse en un incremento de 2.9ºC, lo que sería catastrófico, pues aumentaría el nivel del mar, los incendios, las tormentas extremas y las sequías.

Curiosamente algunos países desarrollados que durante largos periodos de tiempo contaminaron el ambiente, no sólo en sus territorios, sino también en todos aquellos donde llevaron a cabo inversiones extranjeras directas sin tener en cuenta ningún cuidado ambiental, ahora pugnan por el establecimiento de normas que impidan la generación de gases contaminantes.

Pero no han sido capaces de integrar fondos o instituciones internacionales, como es el Banco Mundial para el financiamiento de proyectos de desarrollo, que funjan como suministradores de recursos para financiar proyectos específicos para el combate y la eventual solución de los problemas derivados de la contaminación ambiental. Sería el mismo caso para los países exportadores de petróleo, que durante más de 50 años se han beneficiado de la venta de combustibles fósiles y que apenas esta última reunión aceptaron su contribución al desbalance ambiental de la tierra.

En independencia de los resultados alcanzados en las diferentes cumbres climáticas, otros grupos de científicos y ecologistas que no comparten la visión de los asistentes a las reuniones auspiciadas por la ONU aseguran que aún si se cancelara el consumo total de combustibles fósiles el nivel de sobrecalentamiento global proyectado hacia finales del siglo no variaría mucho, si acaso un .05%. Este segmento sostiene, por otra parte, que sólo el avance de la ciencia podría coadyuvar a una reducción efectiva del calentamiento global del planeta.

En cualquier caso, sería deseable que en las próximas reuniones sobre el cambio climático donde se reúnan representantes de países, ambientalistas e investigadores vinculados al tema, se llegue a ellas con una nueva mentalidad ética y sustentos científicos que propongan alternativas viables que permitan la sustentabilidad de las condiciones futuras de vida del planeta. Sólo así, de ninguna otra forma, aseguraremos la subsistencia de las generaciones por venir.

POR AGUSTÍN GARCÍA VILLA

ANALISTA POLÍTICO

MAAZ