COLUMNA INVITADA

Mis amigos, de Hisham Matar

Terminar una gran novela, en manos de un maestro, es siempre una experiencia vital

OPINIÓN

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Pedro Ángel Palou / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Terminar una gran novela, en manos de un maestro, es siempre una experiencia vital que te trastoca para siempre. Me ha pasado recientemente con My Friends, la gran obra sobre el exilio, la amistad y la pérdida del autor libio. Matar pasó su infancia entre Trípoli y El Cairo, y la mayor parte de su vida adulta en Londres. Su obra literaria refleja profundamente su experiencia personal, especialmente su relación con su país natal, Libia, y los temas de pérdida y exilio. 

Su primera novela, "In the Country of Men", publicada en 2006, recibió múltiples elogios y premios internacionales. Esta obra captura la tragedia universal de los niños atrapados en los terrores de sus padres, y fue notable por su visión política poderosa y evocadora. A través de la perspectiva del joven protagonista, Matar ofrece una mirada íntima a la vida bajo el régimen de Gaddafi en Libia. Nominada al Booker, puso a Matar en el radar literario. 

En 2011, publicó "Anatomy of a Disappearance", una novela que también aborda temas de pérdida y exilio. La historia sigue a Nuri, un adolescente que vive en el exilio en Egipto y que pierde a su padre en circunstancias misteriosas. Esta novela fue bien recibida, aunque con una respuesta crítica menos entusiasta que su debut. 

Matar ha escrito también su memoria, titulada "The Return", que ganó el Premio Pulitzer en 2017. Allí relata su experiencia regresando a Libia en busca de respuestas sobre la desaparición de su padre, un destacado opositor del régimen de Gaddafi. Hasta el día de hoy la gran herida de Matar es no saber cómo terminó su vida su padre, arrestado en Egipto y conducido a una de las prisiones terribles de Gaddafi.

Matar, demás, ha publicado "A Month in Siena" en 2019, un relato reflexivo y afectuoso sobre su estancia en Siena, Italia, y sus encuentros con obras de arte. Sus amigos dicen que matar puede ir a ver la misma obra a la National Gallery por meses, sin aburrirse, hasta pasar a la siguiente. Cada visita a esa obra singular puede durar horas. 

Matar, quien también ha escrito ensayos y un libro infantil, a menudo hace referencias a la pintura, la arquitectura y la música. Sus obras  no solo son un testimonio de su historia personal y la de su país, sino también una exploración del arte y la humanidad en medio de circunstancias atroces. 

"Mis amigos" la tercera novela de Hisham Matar, significa su regreso al género después de 13 años y ha sido ampliamente elogiada por su profunda exploración de temas como la amistad, la familia y el exilio. Se trata de un retrato conmovedor de la vida de un exiliado, marcada por la violencia, pero sostenida por la amistad. Se destaca por su enfoque político, y también por ser una meditación íntima sobre la amistad y el amor.

La habilidad de Matar para dialogar con el espacio negativo, presentando una indagación maestra sobre la naturaleza de la amistad y el lugar sobrecogen. Toda la novela sucede en la mente del narrador y ocurre en una caminata por Londres. En el interior de la mente del amigo protagonista se narra la historia de un amigo que bien podría ser el alter ego de Matar, quien regresó a Libia y no quiere hablar de ello, ahora a a vivir a California, a una casa que su padre compró, pero nunca pudo ver, pues se le impidió viajar. 

La habilidad de Matar para escribir con una sensibilidad tremenda, capturando la melancolía y la aceptación, así como los momentos de fervor revolucionario, durante la Primavera Árabe sobrecogen a cada página. La narración que se desliza entre décadas y sensibilidades de los protagonistas, entre la apreciación y la resignación.

He encontrado ahora una reflexión de Matar sobre Joseph Conrad y su novela poco conocida Amy Foster, que explica a nuestro autor mismo, más que al autor de Nostromo. Matar piensa que el exilio es el no lugar, pero también la no lengua y que nunca se es aceptado del todo, apenas “tolerado” (¿y quién desea ser solo tolerado?, se pregunta brutalmente). Conrad también perdió a su padre y como Matar esa herida ha sido convertida en arte. El arte de perder podría llamarse toda su obra siguiendo a Elizabeth Bishop. Se las recomiendo sin reservas. 

POR PEDRO ÁNGEL PALOU

COLABORADOR

@PEDROPALOU

MAAZ