A FUEGO LENTO

Manolo y Marko pelean hasta por direcciones escolares

Quiso el gobernador de Coahuila compararse son Samuel, mientras que los panistas buscan “encapsular” el conflicto y AMLO los tacha de mafiosos

OPINIÓN

·
Alfredo González / A Fuego Lento / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Más allá de si el gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez, rompió o no un acuerdo político con el PAN, lo que dejó ver en su pleito con Marko Cortés es que en las mesas de negociación no sólo se reparten cargos de elección popular, sino hasta las direcciones de escuelas públicas, de nivel básico y universidades. 

Ya sólo faltó que el susodicho pacto se hubiera firmado en una servilleta de fonda y que los partidos, que se jactan de ser nacionales, se repartieran hasta la administración de los mercados y tianguis.

Es una pena para los coahuilenses y los mexicanos ver cómo nuestros “representantes populares” se reparten las migajas de la administración pública y espacios que no mejoran la calidad de vida del ciudadano, sino que les generan ganancias multimillonarias, como las notarías públicas.

Y es que, en su afán por exhibir al impresentable de Jiménez, el dirigente de los azules se mostró también de cuerpo entero y ahora, de cara a las elecciones presidenciales, pretenden los panistas encapsular un problema local.

Pero no pueden tapar el sol con un dedo. Esa es la forma en la que se reparten el botín político y económico en estados, municipios y la federación.

Recordemos lo que el PAN y PRI exigieron a Samuel García, en Nuevo León, con tal de dejar el camino libre para nombrar al gobernador sustituto, cuando buscó ser candidato presidencial. 

Le pidieron, entre otras cosas, limpiar los expedientes judiciales de dos políticos locales (Zeferino Salgado y Francisco Cienfuegos) y exentar del pago de impuestos estatales a priistas y panistas.

Fue un pliego de 11 peticiones. Pero el mandatario naranja nunca aceptó y por eso terminó bajándose de la carrera presidencial.

De ese caso se agarró Manolo para decir que a él tampoco le harían lo que a su amigo “Fosfo fosfo”. Pero se equivocó. Intentó confundir la gimnasia con la magnesia. Él no es Samuel ni su partido es MC. 

Personalmente hizo el acuerdo. Su firma aparece junto con la de Alejandro Alito Moreno, aunque terminó traicionando su palabra.

Pero ni a quién irle de las dos partes. Todos son iguales. Y López Obrador (a pesar de muchos) tiene, otra vez, toda la boca llena de razón: la oposición actúa como la mafia.

Además se burla de ellos, al decir que Marko merece un premio por exhibir este “fantástico y surrealista acuerdo”. La hizo un servicio a la democracia, dijo.

El Presidente sabe de lo que habla. Porque el caso Coahuila confirma que en muchos lugares no están rindiendo frutos aquellos acuerdos. Hay priistas y panistas inconformes con la alianza para ir juntos a la elección del 2 de junio. 

Algunos tricolores, por ejemplo, siguen afiliados a su partido, pero trabajan para Morena, como en el Estado de México y Yucatán, por citar dos ejemplos.

Mientras que en el caso de los panistas, hay muchos que no quieren cargar con el desprestigio de sus aliados, como su candidata, Xóchitl Gálvez, quien no encuentra la forma de sacarle ventaja a este adefesio político. Y mucho menos cuando se exhiben de tal manera. 

*** 

JORGE ÁLVAREZ MÁYNEZ se convirtió en el abanderado presidencial de Movimiento Ciudadano, entre otras cosas, porque una parte importante del electorado quiere ver a un hombre como candidato y porque también quieren a un joven en la boleta electoral.

El desafío del partido naranja es eliminar la imagen de un candidato esquirol, para demostrar que ni está al servicio de las 4T ni juega sólo para mantener su registro.

*** 

Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “En la mafia, el único código de honor es nunca dejar rastro... y pagar en efectivo”.

POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO

ALFREDO.GONZALEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM

@ALFREDOLEZ

MAAZ