Los legisladores capitalinos del PRI y del PAN lograron impedir la ratificación de Ernestina Godoy al frente de la Fiscalía de la Ciudad de México. Como era de suponer, sus voceros salieron a presentar el resultado como una derrota de Morena y, en particular, de Claudia Sheinbaum. Pero cuidado, no es la primera vez que la oposición celebra lo que considera una victoria, para luego confirmar lo contrario.
Este fue precisamente el caso de la llamada Reforma Energética en 2022. Mientras que el PRI y el PAN creyeron estar colgándose una medalla por bloquear la propuesta del Ejecutivo, distintos estudios de opinión marcaban un respaldo mayoritario de la ciudadanía a la medida.
Por supuesto, no se trata de casos aislados y obedece más bien a una estrategia política cuyas consecuencias veremos más claramente cuando se conozcan los resultados de la elección de este año.
Ante la crisis de representación abierta por la derrota de 2018, los dos principales partidos de la oposición formalizaron una alianza en 2020 para asegurarse la posibilidad de obstruir al oficialismo. Esto, sin bien les ha permitido mantener cierta cohesión, también les impuso un límite que restringe su alcance electoral.
En efecto, al conformarse con sólo interpelar a un sector de la sociedad que no votaría a Morena ni en defensa propia, PRI y PAN se han olvidado del grueso de los electores, mismos que, si bien pueden tener diferencias puntuales con el oficialismo, no se creen el viejo verso del “peligro para México”.
La no ratificación de Godoy Ramos puede ser un capítulo más de la misma serie por dos razones. La primera es que la Fiscalía ha sido un factor importante en los buenos resultados alcanzados por el Gobierno de la Ciudad de México en materia de seguridad.
No es lo mismo oponerse a la continuidad de Ernestina Godoy en un contexto de alta criminalidad que en un momento en el que la percepción de inseguridad de la población marca una clara tendencia a la baja.
En segundo lugar, cuando la ciudadanía evalúe la decisión del PRI y el PAN de oponerse a la ratificación, sin duda pesarán mucho las investigaciones que mantiene la Fiscalía capitalina en contra de actos de corrupción de esos partidos.
El PRI es investigado por su participación en una red de explotación sexual conducida por Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, expresidente tricolor en la capital. Por su parte, Acción Nacional se encuentra en medio del escándalo del llamado Cártel inmobiliario, cuyo epicentro es, ni más ni menos, la alcaldía que hasta hace unas semanas gobernaba su candidato a la Jefatura de Gobierno.
Habrá que esperar apenas cuatro meses y medio para evaluar con más precisión la estrategia de la oposición, pero ahora parece ganar una batalla, pero perder la guerra.
POR ADRIÁN VELÁZQUEZ RAMÍREZ
COLABORADOR
@ADRIANVR7
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