Mexicana de Aviación reinició operaciones gracias a la compra que hizo el gobierno de su nombre y algunos bienes. Después de casi 14 años de que dejó de volar y diez de declararse en quiebra, Mexicana vuelve con un cambio de productor y actores: será operada por la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y tendrá una flota de aeronaves arrendadas a empresas particulares. Un montaje intricado.
Digno de aplauso son las primeras tres acciones.
1: El presidente logró un acuerdo con extrabajadores de Mexicana. Aunque sólo pagará el 9% de las deudas que dejó la quiebra de la aerolínea, parece ser la única vía posible de justicia para sus colaboradores.
2: El titular de la SEDENA anunció que se contrataron trabajadores que laboraban en la antes extinta Mexicana de Aviación.
3: Tener una aerolínea completamente nacional. Hasta ahora solo VivaAerobus lo es y tener participación de accionistas extranjeros significa que, en un momento dado, ellos pueden tomar decisiones que no favorecen del todo al país.
Ahora, ante la pregunta sobre si es mejor que la aerolínea sea operada por el Estado o por la iniciativa privada, depende de la calidad de la gestión. Eso está por verse. Los siguientes actos dan pista, de hecho, ahí comienza el drama.
4: La Tesorería de la Federación entregó gran parte del monto de la adquisición. Esto es: se pagó con nuestros impuestos.
5: Según el análisis financiero del Ejército, al menos hasta el año 2028, el costo de operación de Mexicana será por subsidio. No se ha previsto el retorno de la inversión, no hasta después del 2036.
6: Mexicana busca atender las partes donde no llegan otras líneas aéreas y cubrir diferentes puntos turísticos del país, con vuelos 20% más baratos que las compañías regulares. Ofrecer vuelos a menor costo depende, en gran medida, de los ahorros que tiene al estar en manos del Estado. Además, estadísticas muestran que el 70% de la población de México nunca ha viajado en avión.
Como desenlace, la aerolínea será administrada por las Fuerzas Armadas, pero su funcionamiento es civil. En una democracia, para garantizar el control civil sobre las Fuerzas Armadas, es esencial mantener la separación de funciones. El enfoque del Ejército debe ser la defensa nacional y la seguridad.
Se suma el tema de transparencia. SEDENA no tiene el componente burocrático del proceso de concesión. Aunque lleven a cabo procesos de licitación pública, nadie los conoce por tratarse de un tema de seguridad nacional.
Como cierre, las Fuerzas Armadas ya se hacen cargo de varios aeropuertos y de las aduanas. Las líneas aéreas compiten entre sí por horarios, tarifas, slots de salida, etc. Se agrega ahora una aerolínea afiliada al grupo de gestión.
Por esto y más, valorar el retorno del nombre de Mexicana de Aviación necesita del análisis de la función completa.
POR MARLENE MIZRAHI
COLABORADORA
@MARLENEMIZRAHI
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