COLUMNA INVITADA

Maquila o No Maquila, He ahí el Dilema

La industria maquiladora creció de manera espectacular en las décadas siguientes. Durante los años 70 y 80, se convirtió en un pilar fundamental de la economía mexicana

OPINIÓN

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José Ignacio Zaragoza Ambrosi / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Claudia Sheinbaum Pardo será la candidata a la presidencia de México por el Movimiento de Regeneración Nacional, MORENA, tras ganar la encuesta interna, colocándola como amplia favorita para suceder al presidente Andrés Manuel López Obrador. Pero ¿qué tiene que ver esto con este espacio que dedicamos siempre al comercio exterior, la logística y las aduanas? 

Pues resulta que en los sectores industriales, sobre todo en la industria maquiladora, se prendieron las alarmas cuando el 23 de agosto pasado, en una visita que hizo la futura candidata a Ciudad Juárez, Chihuahua, declaró ante unas 300 obreras que las maquiladoras generaron empleos, pero no prosperidad; señalando que esta situación se percibe en la desigualad que vive la población en la mayor parte de la frontera con los Estados Unidos.

Y tiene razón. Como lo he dicho en reiteradas ocasiones en esta colaboración, la deuda más grande que tiene el comercio exterior, a pesar de ser el motor de la economía nacional, es haber creado prosperidad para las regiones y la población más vulnerables.

Primero el TLCAN y ahora el TMEC han sido las principales palancas de crecimiento del país. El comercio de México con Estados Unidos creció casi 6 veces (de 88.3 miles de millones de dólares (MMD) a 522.2 MMD ) y con Canadá, casi 8 veces (de 2.7 MMD a 21.1 MMD). Y bajo su paraguas la industria manufacturera de México creció 43.2% en términos reales, modernizando su planta productiva, así como los sectores agropecuario y agroindustrial; pero dejó pendiente el reto de incluir a más sectores productivos y más regiones del país.

Nadie niega que la industria maquiladora en México ha desempeñado un papel crucial en la economía del país durante décadas. Desde sus modestos inicios hasta su desarrollo como una potencia industrial, pero Claudia Sheinbaum tiene razón, quedó pendiente la generación de prosperidad. 

La historia de la industria maquiladora en México se remonta a la década de 1960. En ese momento, se promulgó el Programa de Industrialización Fronteriza, que permitía a las empresas extranjeras establecer fábricas en zonas fronterizas, importar materias primas y exportar productos terminados con aranceles bajos. Esto atrajo a numerosas empresas estadounidenses que buscaban reducir costos laborales.

La industria maquiladora creció de manera espectacular en las décadas siguientes. Durante los años 70 y 80, se convirtió en un pilar fundamental de la economía mexicana. Las fábricas maquiladoras se expandieron más allá de las fronteras y se diversificaron en sectores como la electrónica, la automoción y la industria aeroespacial.

Se convirtió en una turbina del crecimiento económico mexicano. Desde entonces ha generado empleo para millones de personas y ha contribuido significativamente a las exportaciones de nuestro país, que hoy nos llevan a ser el principal socio comercial de los Estados Unidos. Atrajo inversión extranjera directa, impulsó la modernización de la infraestructura y la tecnología en prácticamente la mitad del territorio nacional, del centro hacia el norte. 

Además la industria maquiladora es hoy pieza clave del nearshoring cuyos principales frutos vuelven a llegar solo a los estados del norte, pese al esfuerzo del gobierno federal de llevarlos hacia el sur del país. 

Sin duda, parte del debate es ver cuáles son los retos de la industria maquiladora y cómo mejorar el modelo a favor de la prosperidad; y otra es detonar las condiciones en el sur (infraestructura, personal calificado, seguridad, etc.) para que las empresas puedan ahí asentarse de manera competitiva. No solo se trata de dar beneficios fiscales como los ofrecen varios países de Centroamérica. Esto es algo que se debe de aplicar hoy ya en la zona del tren interoceánico del Itsmo de Tehuantepec. 

La industria maquiladora en México ha experimentado una transformación asombrosa desde sus sencillos inicios hasta su posición hoy como pilar económico del país. Si no ha bastado para crear prosperidad no es solo responsabilidad de las empresas, sino de todos los involucrados en la cadena, incluyendo a los gobiernos estatales del sur que nunca hicieron su tarea y a los gobiernos federales que durante sexenios solo miraron hacia un solo lugar. La buena noticia es que estamos a tiempo.

POR JOSÉ IGNACIO ZARAGOZA A
EXPERTO EN COMERCIO EXTERIOR 
@IGNAQUIZ

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