COLUMNA INVITADA

Infraestructura sostenible, educación y cultura, claves para un hábitat compartido

La infraestructura, la educación y la cultura desempeñan un papel fundamental en el desarrollo

OPINIÓN

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Giuseppe Mancinelli / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

La infraestructura, la educación y la cultura desempeñan un papel fundamental en el desarrollo de las naciones y en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 establecidos por las Naciones Unidas y sus estados miembros; su interrelación es de los principales temas que se han tocado en la Cumbre Internacional del Hábitat de América Latina y el Caribe (CIHLAC), celebrada en Guadalajara del 28 al 30 de agosto.

Ante el llamado del Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, para acelerar el logro de las metas planteadas; la infraestructura, la educación y la cultura son agentes de cambio necesarios en la sociedad. “Necesitamos incrustar la esencia de la Agenda 2030 en todo lo que hacemos”, ha dicho Guterres.

El ODS 4 nos llama a garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos, para lograrlo el acceso a la infraestructura adecuada mejora el rendimiento de los estudiantes y fomenta la educación de calidad. Por otro lado, la cultura desempeña un papel esencial en el logro del ODS 11, que exige redoblar los esfuerzos para proteger y salvaguardar el patrimonio cultural y natural del mundo para lograr ciudades centradas en las necesidades de infraestructura incluyente de la población.

Durante mi participación en la Cumbre, en el panel: Infraestructura sostenible, educación y cultura, claves para un hábitat compartido, he hecho énfasis en que para que logremos ciudades centradas en lo que nuestras sociedades necesitan, es necesario desarrollar infraestructura sostenible, que tome en cuenta a contextos locales y considere las preferencias y necesidades de la población.

Infraestructura que proporcione servicios eficientes, que sea duradera, que asegure los recursos necesarios en su construcción y mantenimiento; así como entender la  dinámica política e institucional de las poblaciones para garantizar que los proyectos sobrevivan al ciclo político, de manera que se logren hábitats sostenibles y funcionales en la región.

Por ejemplo, la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS), brindó apoyo técnico al Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda de Argentina para implementar el programa Mejoramiento de Condiciones de Habitabilidad para mejorar la calidad de vida de muchas familias en situación de pobreza, a través de la construcción o mejoramiento de viviendas; del acceso a servicios básicos como agua, gas y cloacas; de construir o mejorar espacios urbanos y de la entrega de materiales para reconstrucción o el apoyo habitacional temporario en situaciones de desastre o emergencias.

Se lograron mejorar 331 viviendas y construir 76 nuevas, además se integraron más de 4.000  hogares a las redes de agua potable y cloacas. Se adquirieron 150 módulos habitacionales de emergencia y se entregaron materiales de construcción a 480 familias afectadas por inundaciones en la región de Chubut. 

Por otro lado, 76 municipalidades recibieron equipamiento para mejoramientos urbanos. Todo esto se logró incluyendo un abordaje integral con enfoque de derechos humanos y perspectiva de género, diversidad e infancia. Más de 15.000 personas se beneficiaron, incluyendo 40 organizaciones sociales que fueron fortalecidas en gestión de proyectos de obra pública; administración y rendición de cuentas; perspectiva de género y diversidad; higiene y seguridad laboral; entre otros y 4.000 familias que participaron de un plan de Acompañamiento Social.

No hay duda que a través de la colaboración entre gobiernos nacionales y locales, organizaciones internacionales, y la participación activa de la sociedad civil, podemos construir hábitats y ciudades inclusivas, vibrantes y sostenibles que reflejen el potencial humano en toda su diversidad.

Por: Giuseppe Mancinelli

Director Adjunto para América Latina y el Caribe y Representante de UNOPS en México

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