COLUMNA INVITADA

Gobernar sin filtros

Trayectorias artificiales, que hoy el sistema irónicamente recompensada con nuevos cargos públicos por que obtienen repentinamente una cuestionable fama

OPINIÓN

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Humberto Morgan Colón / Ecos de la ciudad / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En el lenguaje de las redes sociales, los jóvenes utilizan de manera cotidiana la expresión “voy a producirme” que alude a crear una historia, un Reel o compartir algún contenido electrónico, utilizando filtros como el Photoshop o aquellos incluidos en Instagram, con objeto de mejorar la calidad de imagen, el aspecto personal o cambiar la escenografía. Creando un entorno virtual, donde se proyecta algo que es aparente, no real.

De esta forma, muchos de nuestros políticos utilizan el Facebook, el Tik tok o el X, como vías para mostrar sus acciones de gobierno. Sin embargo, lo hacen más que para comunicar con transparencia, para promocionar su imagen personal. Se muestran sonrientes y accesibles en fotografías abrazando a personas de la tercera edad o de bajos recursos, a personas con discapacidad o de pueblos originarios y comunidades rurales, o a niños de colonias desfavorecidas, mostrándonos su bonhomía y aceptación popular.

No obstante, a muchos de ellos los conocemos por su prepotencia, arrogancia y despotismo. Por su carácter intolerante y por cerrar las puertas a los verdaderos problemas de las personas de carne y hueso. No así, las de las granjas de bots que compran para encumbrar su carrera política. Trayectorias artificiales, que hoy el sistema irónicamente recompensada con nuevos cargos públicos por que obtienen repentinamente una cuestionable fama.

Ya echadas a andar las contiendas electorales, nos acostumbraremos a ver a candidatas y candidatos “hiper-photoshopeados”, que nos darán la impresión de ser superhéroes, y que, sin recurrir a cirugías o Botox, habrán rejuvenecido, mostrándose más atractivos, incluso sexis. Dignos de un concurso de belleza. Desde ahora, veremos cómo los personajes de figuras rollizas adquieren estilizadas siluetas europeas y los más espigados, fuertes cuerpos trabajados minuciosamente en los gimnasios.

También, nos adentraremos en el metaverso, donde nuestros candidatos habrán transformado su pasado, algunos muy negro, en historias idílicas. Con narraciones cursis que glorificaran su esfuerzo, sacrificio y vivencias en la peor pobreza, para ahora encarar los retos que demanda el país y con el que algunas franjas de las clases medias y ricas se subyugaran, para levantar en hombros a esos candidatos que nos llevaran más allá del horizonte. Candidaturas con las que se combatirá el tan criticado populismo con otra versión populista, pero remasterizada.

Por supuesto, a partir de hoy, no faltaran las imágenes admirables que los acompañaran, aquellas mirando a lontananza con gesto adusto, iluminados por la trascendencia del inevitable bien que traerán a este mundo. Otras más, con halo celestial.

Veremos huipiles como mantos estelares y guayaberas como casacas imperiales, escucharemos promesas que en realidad serán designios bajados del monte Sinaí y otros, desde el inexpugnable Olimpo. Nos serán reveladas épicas historias e inigualables epifanías. Luego, nuestro tránsito por la puerta grande de la historia se cumplirá, convertidos en nueva potencia mundial. Terminará la pobreza, el odio y la violencia, todos lograremos nuestros sueños, como en aquella jocosa película mexicana, llamada México 2000.

Ufff… nuevamente en el mundo real, el de la polarización, la pobreza y la violencia, talvez sea oportuno hacer una analogía de la Tesis 11 sobre Feuerbach de Carlos Marx, la que expresa “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”.

Parafraseándolo, podríamos agregar: Los políticos han interpretado el mundo de diversos modos virtuales, pero de lo que se trata hoy, es de transformar el mundo real. Sin filtros ni eufemismos, donde partamos de las severas condiciones que enfrentamos para superarlas en conjunto.

Gobernar sin filtros, es guardar congruencia con la realidad, no simular el ejercicio de Gobierno. Es salir de la cálida y reconfortante región de las redes sociales a enfrentar los problemas en las calles, a darles solución. A luchar contra todo aquello que demerita la acción humana que somete los consensos a voluntades unilaterales, alimenta la polarización y la lucha fratricida.

Gobernar sin filtros, es dejar a un lado las apariencias y asumir que los buenos políticos, son aquellas personas que, con base en compromiso, honestidad y experiencia, han desarrollado talentos y habilidades para conducir Administraciones y Legislaturas en beneficio de los demás.      

POR HUMBERTO MORGAN COLÓN

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